PornEducation para el finde, ¿te atreves? (*) #PornEducationParaElFinde

Un nuevo artículo de José Luis García
Foto: Emilia Gutiérrez
En el anterior artículo iniciamos una aproximación, en base a nuestra experiencia docente, referida a la participación -que calificamos de crisis generacional– de las familias en actividades de formación sobre cuestiones que tienen que ver con el uso de las pantallas y el consumo de Películas Sexuales Pornoviolentas (PSP) en menores. Comentábamos que la asistencia es escasa, que “van los/as de siempre” (más mujeres que hombres), los/as más inquietos, aunque luego la gran mayoría puedan manifestar que “hay que hacer algo”. Empero, hay otras prioridades.
El compromiso en la formación, al igual que sucede con las relaciones afectivas de no pocas parejas de jóvenes, es harto difícil y complejo.
El panorama, tal y como yo lo percibo, no puede ser más desalentador ya que los múltiples problemas que están generando las pantallas (con sus aplicaciones, plataformas, webs, RRSS, youtubers, influencers…) que deberían, en buena lógica, tener una corriente paralela para contrarrestar esos efectos, indiscutibles y bien conocidos, a través de la prevención y que inevitablemente conlleva conocer esos fenómenos en su totalidad, no parece calar en buena parte de las familias con las que hemos venido trabajando en los últimos tiempos. Incluso hablaría de desidia.
Pero, no hay que olvidar que, mientras estas diatribas ocurren, nuestros menores consumen porno, muchos a diario. Me permito tomar una gráfica del profesor Lluis Ballester, de la Universidad de Baleares, dentro de su interesante aportación de “la nueva pornografía”.

Los datos son impresionantes. Sin embargo y a pesar de que cuando estas con padres y madres, muestran una cierta preocupación (más acusada como he dicho en los colegios ricos) tengo la impresión de que parece disiparse muy pronto.
Si nos referimos en concreto a los riesgos derivados del consumo de porno violento, tema en el que yo trabajo con pasión y entusiasmo, tengo la percepción de que:
- Una parte importante de padres y madres no son conscientes, de la problemática real, por lo que no acaban de reconocer las implicaciones y trascendencia de todo ello, en ambos colegios.
- En consecuencias tienen dificultades para dimensionar con realismo el desafío que supone un abordaje eficiente de toda esta problemática de Internet, pantallas y, a tenor de nuestra nueva denominación, el consumo de Películas Sexuales Pornoviolentas PSP).
- Tal vez no se sienten capaces de ofrecer respuestas adecuadas y tienden a mirar para otro lado, delegar en otros…y esperar a que la tormenta de la pubertad y de la adolescencia escampe cuanto antes y sus chicos/as se hagan mayores.
- Un sector importante busca respuestas inmediatas, a modo de recetas o bien, instrumentos pedagógicos concretos, que supriman de modo inmediato la ansiedad que supone coger el toro por los cuernos, buscando soluciones a estos asuntos.
- En algunos colegios concertados, a menudo religiosos, puede haber más “sensibilidad” hacia no tocar temas sexuales en el cole, porque es un asunto de exclusiva responsabilidad familiar o, si se hace, predomina un enfoque moral religioso.
- Sorprende que no haya más iniciativas para incorporar en los centros educativos, el trabajo sobre ciertos valores universales, como por ejemplo la empatía, solidaridad, DD HH, respeto al diferente, tolerancia cero con la violencia de género, sexual o de cualquier tipo, prevención del sexting o del groomig… aunque me consta que en algunas escuelas se hacen proyectos interesantes.

Este extremo parece generalizado en todos los grupos, aunque tengo la impresión de que es más patente en los colegios privados y que parece estar más circunscrito al uso abusivo de los dispositivos tecnológicos de sus hijos/as, que han tenido y tienen un acceso muy fácil a varios de ellos, sin dificultad alguna.
En otro artículo hemos hecho algunas consideraciones a este respecto, razón por la cual si tienes interés te sugiero lo leas para no repetir aquí mis sugerencias sobre tal extremo.
A modo de conclusión
Me atrevo a señalar que hay diferencias palpables, a no dudar, en los aspectos externos, de infraestructuras y recursos técnicos y humanos entre unos colegios y otros. Empero ¿Su interés e implicación por los temas del porno o de las pantallas presenta diferencias? ¿Están más pendientes de los riesgos de salud sexual y reproductiva que pueden correr sus hijos/as? ¿Son conscientes de las consecuencias de la falta de educación sexual y del poder que tienen las películas sexuales como referente educativo para sus hijos?
Mi impresión es que, BASÁNDOME EN MI EXPERIENCIA, es similar, aunque en los privados parece que hay más participación (asistencia a talleres, conferencias, participación, planteamiento de preguntas) y que están más interesados en general, por las conductas abusivas respecto de las pantallas, como ya se ha dicho. El contenido de las preguntas que suelen formular sobre el consumo de pornografía no creo que revistan contrastes significativos y dignos de mención. Más o menos se repiten en ambos grupos, predominando las cuestiones que tienen que ver con el CUÁNDO hablar a niños y niñas y qué CONTENIDO explícito hay que transmitirles.
En todos los grupos, los temas que mayor dificultad presentar para conversar son los relativos a las relaciones sexuales, orientación sexual, placer sexual, pornografía, practicas sexuales concretas…. justo los temas que más interesan a los adolescentes.
Tanto en los colegios ricos como en los colegios pobres, los miedos a intervenir son similares y la búsqueda de soluciones rápidas e inmediatas (petición expresa de recetas), son muy parecidos. Constato ese interés casi obsesivo por buscar, y así nos la solicitan, demanda que no suelo resolver porque mi respuesta, no pretende dar una solución concreta, casi mágica, ya que la realidad es mucho más compleja. Por tal razón, ésta suele ser más global, circunstancia que no acaba de ser de su agrado.
Suelo decirles que la información no es suficiente, poniéndoles un ejemplo:

El embarazo no deseado y el contagio de ITS en población juvenil son un fenómeno que sigue creciendo y preocupa a los servicios sanitarios de todo el mundo, estándo lejos de descender al menos en nuestro país. ¿Por qué? Una de las razones de este incremento, que se mantiene en las últimas décadas, es que, además de tener mayor actividad sexual , más precoz y más frecuente, no utilizan o lo hacen de manera poco eficiente, los preservativos masculinos y femeninos.
Porque, en realidad, aunque un chico o una chica sepa lo que es un condón (accesorio de latex que se coloca/inserta en el pene -o en la vagina si es femenino- en erección) no significa en modo alguno que lo adquiera en una farmacia, lo lleve consigo, hablen del mismo con la pareja y lo use de manera adecuada en todas las relaciones sexuales que incluyan el coito.
En consecuencia, la información sexual no es suficiente. Tampoco es suficiente dar una única charla en la pubertad en plan formal y casi académico sobre el consumo y los efectos de las películas sexuales, sean o no pornoviolentas. Esta creencia es usual en ambos grupos de familias de los diferentes centros educativos.
Esto vale también para la capacitación respecto de la pornografía, por lo que, tanto a las familias ricas como a las familias pobres, les decimos que la educación sexual es un proceso que se inicia desde el nacimiento y que contempla numerosas y variadas intervenciones a lo largo de todo el desarrollo evolutivo, dentro de la estrategia que he definido como “hacer la competencia al porno” y que proponemos en nuestro programa TUS HIJOS VEN PORNO. (Clica si quieres conocerlo)
- En primer lugar, el modelo educativo que la pareja ofrece a sus hijos/as a diario es, a mi entender, determinante. El aprendizaje de imitación, a través de los modelos de identificación, con los que existe un vínculo afectivo muy estrecho, es claro en estos procesos.
- Las respuestas que se vayan dando a las inevitables, necesarias y pertinentes preguntas que la mayoría de niños y niñas comienza a formular en torno a los 3-4 años y que inician un proceso cuya complejidad va a depender de diferentes contingencias y otras variables diferenciales. Pero me gustaría precisar ahora que satisfacer esas preguntas de modo adecuado es fundamental para iniciar y mantener el proceso de confianza y comunicación en esta área.
- Las intervenciones cotidianas que puedan y deban hacerse ante incidencias varias: noticias, anuncios, canciones, experiencias concretas que vayan ocurriendo. Propongo aprovechar cada una de estas contingencias para inocular nuestros valores sobre las películas sexuales.
- Diseñar espacios concretos para hablar de temas específicos a partir de ciertos libros, películas, artículos, cuentos… Concretamente yo propongo 5 temas.
Mi impresión es que los que acuden a nuestros talleres, son conscientes, en líneas generales, de los riesgos que corren sus hijos/as en la sociedad actual respecto de la pornografía, pero no estoy seguro de que tomen decisiones valientes para torcer la inercia del aprendizaje de la calle, como les pasó a ellos, pero sin Internet, que ha venido a cambiar las reglas del juego.
Hablar de pornografía y cuestiones colaterales: conductas sexuales, placer, deseo, orientación erótica, prostitución… con los hijos e hijas, suelen ser temas tabúes y parece que lo seguirán siendo, dado el miedo/temor que supone incorporar esas conversaciones en la dinámica familiar, vivido como demasiado intenso y poderoso, lo que lleva a una buena parte a no hacerlo.

Considero que el consumo de Películas Sexuales Pornoviolentas (PSP) está normalizado, es transversal y seguirá un crecimiento imparable. En consecuencia, la formación de familias y profesionales, empeño en el que llevo muchos años, con la finalidad de que luego ellos/as capaciten (no solo informen) a sus vástagos de modo y manera que adquieran los recursos, habilidades o competencias, como quiera que se les llame, para afrontar los riesgos sexuales y reproductivos que van de la mano del acceso a Internet es una prioridad.
A pesar de que soy consciente de que este anhelo es una utopía, ya que, en este partido que estamos jugando a diario, el porno gana y seguirá ganando por goleada.
En todo caso insisto y seguiré insistiendo a quien esté abierto a escuchar que el dilema es, como suelo decir en mis talleres: O el porno o tú. Y añado: “No dejes el privilegio de educar los afectos, la sexualidad y las relaciones de tus hijos/as en manos del porno violento. Acuérdate de lo que te hubiera gustado a ti cuando eras como ellos, a pesar de que entonces no había Internet”.
Porque, con Internet, estamos en otra liga.
Si quieres leer otras reflexiones sobre mi experiencia en los talleres y en las actividades formativas impartidas, hay diferentes artículos donde las cuento. No obstante clica aquí para ver las últimas intervenciones y aquí si quieres ver el listado. Si quieres ver algunas de mis entrevistas en los medios de comunicación recientemente, sobre este particular, puedes visitar el apartado de vídeos de esta web o bien clicar aquí y aquí.
(*) PornEducation para el finde, ¿te atreves?, es una nueva propuesta, una más, a modo de campaña de sensibilización, que quiere ofrecer contenidos formativos por medio de artículos de divulgación, sobre sexualidad, educación sexual y pornografía, que se publicaran en este blog cada viernes, para leerlos y comentarlos el fin de semana con tranquilidad, con el hashtag: #PornEducationParaElFinde