“Colegio rico” y “colegio pobre”: Algunas reflexiones sobre la realidad del consumo de porno violento en menores y jóvenes. (1ª parte)

Tengo el placer de comunicarte que recientemente he sido nombrado Profesor colaborador honorífico por parte de la UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS, para impartir el PRIMER curso universitario que se hace en España y Latinoamérica sobre pornografía y educación sexual. (Aquí tienes más información sobre esta iniciativa pionera) Un título propio de Experto Universitario de este centro académico. Todo un maravilloso desafío. Un sueño conseguido.

PornEducation para el finde, ¿te atreves? (*)                   #PornEducationParaElFinde

Un nuevo artículo para leer y reflexionar el fin de semana.

En el programa de TV “El intermedio”, emitido por LA SEXTA, una de sus colaboradoras, Thais Villas, realiza pequeñas encuestas de calle sobre aspectos cotidianos en dos entornos distintos, en concreto un barrio rico y un barrio pobre, con el propósito de presentar las posibles discrepancias que pudieran existir entre uno y otro. Resulta obvio que tales divergencias son palpables y hasta groseras, al menos en los episodios que yo he visionado. Dos mundos, con enormes desigualdades entre ellos.

Pero, a propósito del interés, la preocupación y la implicación de las familias y profesionales por el fenómeno social del consumo de pornografía en menores ¿podría haber diferencias entre los colegios ricos y los colegios pobres? O si se prefiere ¿Privados y públicos?

¿La mayoría de los padres y docentes se imaginan, por un momento, lo que está pasando respecto del CONSUMO DE PORNOGRAFÍA VIOLENTA en sus hijos/as y  las consecuencias de todo ello en su futuro ? Sospechamos que no y quienes van a cursos, talleres o conferencias en busca de informaciones fiables, son muy pocos. Por consiguiente es probable que, tal vez y para algunos de ellos, no quieren imaginárselo por el flipe que tal cosa supondría. Progenitores y vástagos van, en este ámbito, por caminos separados. En generaciones anteriores, en lo que concierne a estos asuntos sexuales, siempre ha ocurrido, pero ahora es “a lo bestia”.

Con todo, ya sé que es traer por los pelos las comparaciones, pero entiendo que, hablando en términos generales, de barrios ricos y barrios pobres, en su perímetro hay colegios que, seguramente, van a reflejar el nivel socioeconómico, su nivel de renta, de las familias que llevan a sus hijos/as a unos y otros.  En general creo que es razonable considerar que realmente es así. Si hablamos de la inmigración o la procedencia étnica o la multiculturalidad, las disimilitudes son incuestionables, ya que se circunscriben, en su inmensa mayoría, a los colegios públicos.

Pues bien, creo que existen notables diferencias de recursos técnicos y humanos, instalaciones, uniformes, limpieza, orden o ratio por clase entre los colegios privados y los colegios públicos, sin tener en cuenta ahora aquellos que sean concertados, donde predominan los religiosos, porque tengo menos experiencia con ese grupo, aunque deberíamos incluirlos en el apartado de privados ya que las familias tienen que pagar cuotas suplementarias y aplican orientaciones y criterios educativos particulares. Los suyos. En muchas cuestiones, no solo ideológicas, “van a su rollo”. En algunos, aunque excepcionales incluso, mantienen la separación segregada por sexos en las clases.

Con todo, el hecho de que padres y madres puedan interesarse por los temas relativos al consumo de pornografía, y/o el de la exposición a las pantallas, está relacionado con otros muchos aspectos, por lo que trataré de situarlo en ese contexto más amplio.

Experiencia formativa

A lo largo de mi experiencia como formador de familias, profesionales y jóvenes en el área de la educación sexual y la pornografía, durante 44 años, con lo más diversos grupos, colectivos, asociaciones entidades públicas y privadas de España y Latinoamérica que se puedan imaginar, he tenido la oportunidad de observar, con gran atención, la evolución acontecida a lo largo de estas cuatro décadas y reflexionar sobre ello. 

A tenor de que el docente es el mismo y los contenidos bastante similares podría ser de interés, quizá aunque sea un atrevimiento, observar los posibles cambios que se producen en esos grupos que, obviamente, son cambiantes por cuestiones fundamentalmente generacionales. 

Me permito compartir con mis seguidores/as, algunas y solo algunas de estas reflexiones basadas, insisto en mi experiencia y, por tanto, sin valor estadístico alguno, razón por la que, en ningún caso, habrá de generalizarse o extrapolarse. Quiero dejarlo bien claro.

Viene esto a cuento de la excelente acogida que ha obtenido un tuit en las RRSS, en particular en Twitter @JosLuis70921676 (clica aquí si quieres leerlo)en el que compartía algunas consideraciones sobre una experiencia formativa con jóvenes en un medio rural, haciendo alguna consideración con grupos juveniles de otros medios urbanos.

Dado que en las últimas semanas he tenido la oportunidad de trabajar con familias de colegios privados -algunos de ellos muy elitistas, del que he dado cuenta aquí- y con familias de colegios públicos, he creído oportuno hacer extensible estas reflexiones a quienes me siguen en las redes sociales.

Pues bien, ahí van estas consideraciones, sin duda arriesgadas, teniendo como horizonte esas cuatro décadas de trabajo docente:

  1. Constato una involución en la participación (e interés lógicamente) de los movimientos ciudadanos, asociaciones de padres y madres o colectivos juveniles, por la propia formación no solo en cuestiones de consumo de películas sexuales, sino también en aspectos tales como riesgos de internet, drogas, alcohol… en particular en los colegios públicos que yo conozco  A mi juicio es evidente esa disminución significativa de todos estos grupos que otrora, tenían un poder de convocatoria muy relevante.

Da igual el día de la semana, la hora en la que se programe o los medios de divulgación utilizados, el descenso es evidente. También en los colegios privados ocurre una cosa similar, pero creo que no es tan marcada. El índice de participación es algo mayor que en los públicos, en las convocatorias que se les hacen. 

Más en concreto este hecho no es tan patente en las Ikastolas (para los seguidores de Latinoamérica, son centros educativos ubicados en Euskadi y Navarra que, además de impartir la enseñanza en euskera, suelen tener, entre otras cuestiones, iniciativas, criterios y programas educativos pioneros en determinadas áreas).

En mi opinión, vamos imparables a una crisis global de movilización,  participación y de pensamiento crítico, propiciado en buena parte por los enormes cambios sociales acontecidos en los últimos años, entre los que destacaría  la generalización de Internet y todo el contexto en el que se asienta, hecho analizado en estos dos artículos y en estos otros tres.

Lo cierto es que la asistencia es escasa, que hay un cierto convencimiento de que “van los/as de siempre” (más mujeres que hombres), casi siempre los/as más inquietos, si bien en los comentarios habituales la gran mayoría puedan manifestar que “hay que hacer algo”. Empero, hay otras prioridades.

Tengo la impresión de que nos dirigimos, de cabeza, a una sociedad en la que van a predominar aquellos valores que se resumirían en que “cada cual se las apañe como pueda” o “sálvese el que pueda“.

  1. La implicación de las mujeres respecto de la de los hombres, en estos grupos, es claramente manifiesta. Si bien el descenso en la participación en población femenina es patente, lo es mucho más aún en los varones. Hay grupos en los que los hombres son una excepción.
  2. Este descenso es motivo de preocupación y hasta desesperación de los responsables políticos (en el caso de instituciones y entidades) y o técnicos de entidades bien sean públicas o privadas, que no satisfacen sus expectativas de  llegar al mayor número de personas en sus iniciativas diseñadas con celo e ilusión. Tambien de los formadores, como es mi caso, que observamos con preocupación este hecho ya que estamos hablando de cuestiones que tienen un gran impacto en la salud y en el futuro de las próximas generaciones.
  3. Otros temas, que en otro tiempo tenían un gran tirón, como el caso de las drogas, el alcohol o el tabaco, por ejemplo, tampoco parecen tener un gran atractivo para las familias.
  4. Las cuestiones que tienen que ver con los abusos de las pantallas, igualmente no parecen movilizar de forma significativa esta tendencia a abandonar “la zona de confort”, si bien aprecio una mayor preocupación en los colegios privados.
  5. Por tanto, el consumo de pornografía comparte ese desinterés general, al que hay que añadir el factor específico de ser un tema tabú y difícil de abordar, como pocos. Un hueso muy duro de roer.

¿Por qué hemos llegado hasta aquí? No sé la respuesta, pero me permito sugerir algunos, y solo algunos, elementos.

  1. Progresivo y generalizado individualismo que, probablemente haya sido espoleado, que no creado, por la dos crisis económicas desde 2007 y la pandemia de la COVID-19. La guerra de Rusia contra Ucrania no ha hecho más que empeorar el horizonte de futuro.
  2. Un aumento de la intolerancia ideológica y de rechazo a todo lo que huela a respetar al diferente, ora sean ideas, ora personas.
  3. En este sentido, hay así mismo un incremento de propuestas ultraconservadoras (que se materializan en posiciones políticas y religiosas con representación parlamentaria) en temas como la educación sexual, elaboración de partidas presupuestarias para servicios sociales, o los contenidos que se deben enseñar en las escuelas por señalar solo algunos. Sin ir más lejos, en Italia han llegado al gobierno, es decir al poder decisorio, en la última contienda electoral, lo que plantea un futuro complejo, porque ya se sabe que “cuando las barbas de tu vecino…”. En algunas CCAA de nuestro país, comparten poder y llevan el liderazgo en determinadas cuestiones de la agenda política y social.
  4. Escasa valoración de la formación, ya que Internet ofrece informaciones ilimitadas en todas las temáticas, si bien su rigor y fundamento científico deja mucho que desear en buena parte de casos, así como las denominadas noticias falsas (fake news)
  5. La manipulación, desinformación y confusión que se aprecia en determinados medios de comunicación, RRSS y canales de noticias en Internet es, cuando menos, sorprendente y, seguramente, generará y reforzará la desconfianza en las instituciones sociales y en las personas, en detrimento del pensamiento crítico.
  6. Disponer de otras prioridades en el tiempo libre.
  7. La omnipresencia de Internet, que ha venido a modificar significativamente no pocas conductas en muchos órdenes de la vida, circunscribiéndolas al ámbito doméstico, desde compras hasta consultas o gestiones de todo tipo, aparentemente sin límite. Con toda seguridad los avances aquí irán a más, por lo que es razonable pensar que todos/as tendremos un cierta adicción a las pantallas.
  8. La generalización del uso de RRSS que además de atrapar cada vez a más usuarios e incrementar su boyante negocio (Twitter se valoró en más de 44 mil millones de dólares por Elon Musk), con sus likes y seguidores, parecen ir sustituyendo gradualmente  a las relaciones interpersonales, las conversaciones y las miradas, gestos y el contacto del cuerpo a cuerpo.
  9. Falta de confianza en las instituciones.
  10. Aumento de actitudes y propuestas censoras en lo relativo a la libertad y  los DD HH en diferentes ámbitos sociales.

En el próximo artículo seguiremos compartiendo algunas reflexiones. Hasta entonces.

(*) PornEducation para el finde, ¿te atreves?es una nueva propuesta, una más, a modo de campaña de sensibilización, que quiere ofrecer contenidos formativos por medio de artículos de divulgación, sobre sexualidad, educación sexual y pornografía, que se publicaran en este blog cada viernes, para leerlos y comentarlos el fin de semana con tranquilidad, con el hashtag:  #PornEducationParaElFinde

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