Consumo de porno en la infancia y sus efectos en el cerebro (y VI): ¿Soy adicto/a al porno?

Tengo el placer de comunicarte que, actualmente, estamos impartiendo un curso universitario de postgrado en la UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS de Madrid, siendo el PRIMER curso de estas características que se hace en una universidad pública de España y Latinoamérica sobre pornografía y educación sexual, incluyendo los países de nuestro entorno (Aquí tienes más información sobre esta iniciativa pionera)

Un título propio de Experto Universitario de este centro académico para formar a profesionales en esta novedosa problemática. Todo un maravilloso desafío. Un sueño conseguido. Si conoces a alguien interesado/a en formarse en este área de gran futuro profesional, comparte esta información. Gracias.

PornEducation para el finde, ¿te atreves? (*)       #PornEducationParaElFinde

Un nuevo artículo de José Luis García para leer y reflexionar el fin de semana.

Entrevista de Jordi Évole

En la entrevista que Jordi Évole, realizó a Ignatius Farray, en su programa LO DE ÉVOLE, el 19-3-23, este famoso cómico, Premio Ondas entre otros galardones, reconocía que tuvo adicción a la pornografía y a otras sustancias. Y lo explicaba contundente y con toda claridad,  públicamente, así:

“Era como una trilogía. Era como un triángulo: alcohol, cigarrillos y pornografía, y eso se convertía en una especie de triángulo del que no salía…es no poder dejar de ver porno mientras estás borracho y fumando… y pasan las horas y los días. Yo me he hecho pajas que han durado un fin de semana. Te estás haciendo una paja viendo porno, del agotamiento que te da te entra sueño, duermes un poco, vuelves a despertarte, sigues masturbándote. Entonces crea una especie de hábito y una cosa refuerza a la otra y, literalmente, es un círculo vicioso. Sientes tanta vergüenza que tú, por supuesto, no quieres ningún trato social en esos momentos. Entonces, me aislo de una manera absoluta”.

He seleccionado este testimonio, de otros muchos que tengo, por su actualidad, claridad y franqueza, razón por la que podría servir de reflexión sobre este grave problema de salud. El de la cantante Billie Eilish es un caso paradigmático, que puedes conocer aquí.

La adicción al porno es una enfermedad

Ya he dicho en otras ocasiones que hay muchas adicciones a sustancias y no sustancias. Desde siempre. Y seguirán existiendo. Por tanto, en el momento presente, la cuestión no es que todos/as tendremos algún tipo de adicción vinculada con la sociedad de las pantallas, la cuestión es, si seremos capaces de controlarla. Nosotros y nuestros/as hijos/s que son más vulnerables.

En el anterior artículo (clica aquí) nos aproximamos a uno de los efectos más conocidos del consumo abusivo de películas sexuales: la adicción, cuestión ésta que he abordado ampliamente en nuestros libros TUS HIJOS VEN PORNO y en otros muchos artículos de divulgación.

La gravedad de este problema de salud está relacionada, entre otros factores y probablemente, con el inicio precoz del consumo de pornografía, particularmente la que he denominado pornoviolenta. Este hecho nos permite incorporarlo a este serie de 6 entregas, sobre los efectos en menores, cerrándola por el momento.

Hoy queremos continuar nuestro acercamiento a este trastorno de la conducta, con el solo propósito de divulgar e informar sobre el mismo de cara a su prevención y, en algún caso, si así lo considera la persona implicada, valorar hacer una consulta a un psicólogo clínico especialista en conductas sexuales. Ya hay algunos servicios de salud públicos que ofrecen esta atención, si bien considero que es insuficiente.

Es fundamental considerar que esta adicción es una enfermedad. No es, en modo alguno, un vicio, una perversión moral o una mala costumbre y, consecuentemente, como tal, va a requerir atención profesional, como cualesquiera otra adicción.

En ocasiones subyacente a una conducta adictiva, puede encontrase un trastorno de salud mental (ansiedad, TDAH, depresión…) circunstancia que se conoce como patología dual, razón de más para ese abordaje profesional.

Los estudios e investigaciones científicas, así como la práctica clínica,  han identificado diferentes mecanismos cerebrales afectados  por esta enfermedad, encontrando, por ejemplo, diferencias significativas entre los cerebros de las personas adictas y aquellas que no lo son.

Estas alteraciones cerebrales suelen ser comunes en las diferentes adicciones tales como a la comida, a sustancias toxicas (alcohol, drogas, tabaco…) o actividades como los vídeojuegos o las apuestas.

Suelen distinguirse las adicciones a sustancias (drogas, tabaco, alcohol…) de las conductuales (sexo, porno, pantallas, comida, apuestas online, compras compulsivas…). Hay personas que solo les dan importancia a las primeras, estimándolas de mayor gravedad. Sin embargo, ambas tienen el mismo nivel de peligrosidad, actúan del mismo modo en el cerebro, con síntomas similares y tienen consecuencias muy parecidas. A efectos preventivos es importante tener en cuenta este hecho.

No olvidar que, a diferencia del resto de tóxicos,  ver películas sexuales es gratis, no hay que salir de casa para consumirlos, en barrios marginales,  no hay que “meterse” nada en el cuerpo, siempre ofrece novedades emocionantes, con millones de vídeos distintos, está disponible las 24 horas del día, convirtiéndose en unos superestímulos que provocan una excitación y un  placer sin igual asociado a una masturbación  imprescindible y peculiar. Imposible de superar. De ahí su extraordinario poder adictivo.

Pero no solo a nivel cerebral, sino que hay otras muchas derivaciones en la vida cotidiana de la persona enferma.


¿Qué síntomas tiene la adicción al porno?

Esta es una pregunta que nos es formulada de diferentes maneras, a través de las RR SS, así como en las conferencias y los Talleres para madres y padres vergonzosos que realizamos. Por cierto, es un interrogante relativamente frecuente, lo que indica una cierta preocupación sobre el particular de quienes acuden a estas actividades formativas.

Otras dos preocupaciones de los progenitores en estos talleres, son los efectos de las pantallas  y  los que comporta el consumo de porno que puedes conocer clicando en cada uno de ellos.

Como punto de partida, señalamos tres aspectos:

  1. Esta adición está relacionada con la conducta adictiva al cibersexo y la adicción al sexo, estando presente en el Trastorno Sexual Compulsivo y en la Hipersexualidad. 
  2. Este comportamiento es muy similar a la adicción al tabaco, al alcohol o a las drogas, porque tienen el mismo patrón neurofisiológico y conductual.
  3. Conviene destacar que la adicción a este tipo de películas se apodera de la voluntad de la persona afectada. Se le impone al sujeto y le impele a entrar en las webs que tanto “le ponen”, le excitan y le producen placer y en las que piensa a diario.  Hay, pues, una pérdida de control que se traduce en la necesidad compulsiva de estar visionando esos vídeos, Esta “imposición”, como así nos lo manifiestan quienes la sufren, tiene diferentes características. Veamos solo las más relevantes:

La primera y más significativa: Esa conducta adictiva comporta acostumbrarse no solo a ver porno más tiempo, sino también requerir la visualización de cierto tipo de prácticas sexuales, progresiva en sus contenidos, cada vez más especiales, particularmente violentos, incluso ilegales como la pornografía infantil, incestuosas, en razón de que la persona siente la necesidad de buscar otras cintas, que le “eleven el punto” de excitación, lo que le lleva inevitablemente a que sean cada vez más “fuertes”. La Psicología ha denominado este mecanismo como tolerancia.

Esta circunstancia es imprescindible para incrementar el umbral de excitación erótica, nivel al que acaba acostumbrándose,  razón por la que es impelido a buscar más diversidad, anhelo fácilmente satisfecho en la ilimitada oferta de vídeos violentos. Y el proceso sigue su curso, repitiéndose al poco tiempo.

No olvidemos que una parte importante de los vídeos pornoviolentos, son un catálogo interminable de trastornos de la conducta sexual o parafílias, que se presentan como normales, cuando no lo son.

Este hecho, es resultado, en parte, de las diversas transformaciones del cerebro que va generando la exposición excesiva, tales como la referida a un funcionamiento alterado en las regiones del encéfalo y redes implicadas en la sensibilización, la habituación, el control de los impulsos y el procesamiento de recompensas, que es la segunda consecuencia destacada.

Por esa razón en otro artículo hemos hablado de que un consumo precoz y abusivo de este tipo de productos, puede alterar las capacidades de empatía y compasión, rasgos inequívocamente humanos y civilizados.

La tercera de las secuelas del consumo abusivo de porno (sea violento o no) es el aislamiento. Obviamente, el tiempo que se dedica a esa actividad, se retrotrae de otras relaciones: de los hijos/as, pareja, amigos y actividades sociales en general, pudiendo afectar inclusive al trabajo o a tareas de la vida cotidiana.

Subrayo que la relación de pareja se ve afectada sensiblemente como hemos señalado en otro artículo,  que ha tenido un enorme éxito de lectores/as. Todo ello puede incidir así mismo en la salud y en el estado de ánimo, como efecto de los niveles de ansiedad  (con la producción importante de otra sustancia cerebral que es el  cortisol) que comporta esta situación estresante.

Con no poca frecuencia, el sujeto siente que su compañera/o no es como los millones de atractivas chicas que, de todas las edades, nacionalidades, hiperactivas sexuales, multiorgásmicas, generosas y entregadas a más no poder,  sometidas, empeñadas en hacer disfrutar al varón, con total disponibilidad… se le ofrecen y le seducen a través de su pantalla de alta resolución. Y la pareja real deja de atraerle. O no quiere pedirle eso que le excita y le gusta tanto. Y se inventa mil excusas o le miente. Por tanto, la relación de pareja, más tarde o más temprano puede resquebrajarse, corriendo un elevado riesgo de ruptura.

En consecuencia, la primera afectada es la compañera/o -que a menudo, suele descubrirlo, en ausencia usualmente de comunicación e intimidad sexual- y es la que, con frecuencia, suele demandar ayuda profesional.

En cuarto lugar y dado que, con frecuencia, esas prácticas sexuales no son posibles llevarlas a cabo con la pareja, porque son demasiado agresivas, no le gustan a ella o no quiere provocar un conflicto… se buscarán otras para desarrollarlas.

¿Cuáles? Bueno, la prostitución es la más fácil: una mujer joven, atractiva, necesitada, venida de un país pobre, hasta las cejas de deudas, que por 20 o 30 € es capaz de hacer lo que se le pida, con el riesgo de infecciones sexuales, legitimar la explotación sexual de las mujeres y gasto económico que comparte con otra alternativa que es recurrir al cibersexo.

Si te interesa este vinculo entre la prostitución y las PSP, hemos escrito un par de artículos en este blog.

El quinto apartado, incluiría diferentes trastornos afectivos y emocionales. El sexto citaría el consumo de alcohol y otras sustancias estimulantes, que también parecen estar vinculadas a esta conducta adictiva.

El séptimo elemento a considerar: aprendizaje y refuerzo de una concepción machista, misógina e inaceptable del hombre, de la mujer -cosificada hasta límites inaceptables- y de sus relaciones sexuales

La relación que proponen muchas de las PSP es el paradigma del sometimiento de la mujer a los deseos egoístas del varón, sin empatía, con el agravante de que, vienen a decirnos, “a la mujer le gusta, le excita, ser vejada y forzada”, mensaje perverso donde los haya y que hay que rechazar sin ambages.

El octavo sería un incremento de los riesgos sexuales y reproductivos por ausencia del uso responsable del preservativo, aprendizaje éste que hay que considerar así mismo, porque el condón no existe en estos vídeos, recomendación inaceptable que envía a niños y jóvenes.

Finalmente, por no extendernos en demasía, señalar los cambios que el consumo de porno está produciendo en las prácticas sexuales, cuestión ésta que ha sido analizada en otros dos artículos, que han tenido una excelente acogida ya que los han leído varios miles de personas. Clica aquí, si quieres leerlos.

Un comportamiento oculto y silencioso

Por tanto, esta conducta adictiva, es silenciosa, de amplias y conocidas repercusiones, que casi nadie reconoce y tampoco dice nada al respecto, lo que incrementa su gravedad. Hay personas que nunca comunicaran que consumen porno, circunstancia similar a lo que ocurre, con otras adicciones o con las víctimas de abusos sexuales.

Nadie habla  públicamente de este consumo. Parece invisible. Es invisible. Pero tal vez sigue extendiéndose de manera transversal a nivel planetario. Esta circunstancia hace que sea difícil consultar o, en todo caso retrasarla, con lo que la gravedad del asunto aumenta.

En mi caso, tengo la satisfacción de recibir números testimonios de personas diversas que me hacen llegar sus preocupaciones, y que me resultan muy instructivas, como las que siguen.

Además, hecho que lo he comprobado en las RRSS y en diferentes conversaciones , hay hombres que les molesta que otro hombre hable del consumo de porno porque, tal vez, les incomode enfrentarse a su realidad.

Lo cierto es que la persona adicta experimenta un cambio significativo en lo concerniente, no solo respecto a su auto percepción, sino también a la de las personas y del entorno que le rodea, ya que todo está centrado en él y en conseguir su placer masturbatorio, su chute, como si “no hubiera un mañana”.

Considero pertinente insistir en este punto: El aislamiento y el rechazo de los cuerpos reales, puede explicarse a través de un mecanismo sencillo: la persona, a través de su centro de recompensa cerebral, con la dopamina activada, a tope, que siempre quiere más, se habitúa a excitarse con determinados cuerpos y prácticas sexuales concretas ( asociada a una autoestimulación sexual que la persona ha perfeccionado y a la que se ha habituado) que se exhiben en la pantalla, cuerpos y prácticas que no encuentra en su vida real y con su pareja, razón por la que ésta deja de serle estimulante sexualmente.

Como he dicho más atrás, se sabe que cuanto más precoz sea el comienzo, más probabilidades hay de acabar enganchado y sufrir las diferentes secuelas. Y, no hay que olvidar, que en España la edad de inicio de algunos niños está entre los 6 y los 8 años. Tambien sabemos lo poderoso que es el deseo sexual como motivador de la conducta, desde hace millones de años.

Ya he dicho que, probablemente, habrá pocos jóvenes que, a los 18 años, digan que “nunca he visto porno”. En consecuencia y dada la generalización del consumo, resulta difícil establecer las causas que pueden derivar en una conducta adictiva.

Sin embargo, hay algunos factores que parecen estar asociados a su consumo excesivo, como la experiencia de abuso sexual, exposición precoz, consumo de sustancias, rasgos de personalidad, biografía, TDAH… etiología que habrá de ser estudiada por un profesional antes del diagnóstico final, junto a las características precisas de esa conducta concreta. Conocer y comprender las motivaciones y las expectativas de ese comportamiento puede ser así mismo de gran valor.

En cualquier caso, considero que la excitación sexual y la masturbación, en base a imágenes violentas y agresivas sean reales o a través de fantasías sexuales, (o que incorporen miembros de la familia) es un buen motivo para consultar a un/a psicólogo/a experto/a en conducta sexual, para que ayude a gestionar esa experiencia, nada fácil. Cuanto antes se consulte, mucho mejor.

Dentro de la abundante producción de investigaciones al respecto, en este artículo quiero recomendar una página (UNA SOLA de las muchas que hay) sin ánimo de lucro, denominada Reboot Nation, creada por el insigne psicólogo Gary Wilson, ya fallecido, donde hay centenares de estudios que la abordan. Clica aquí, si tienes interés en saber más.

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No obstante, ha de quedar claro que es posible superar esa conducta adictiva, dentro de un proceso terapéutico con apoyo profesional a ser posible, encaminado a conocer las motivaciones y expectativas que llevan al sujeto a consumir compulsivamente, como he dicho en líneas atrás, dotándole de herramientas para gestionarla y hacerle frente. Este apoyo profesional supone cualificación y experiencia clínica, siendo el perfil más idóneo el de los psicólogos clínicos especialistas en conductas sexuales.

En consecuencia, la sexta conclusión de esta serie de artículos es que el consumo de películas sexuales, puede generar adicción, similar a otro tipo de adicciones más conocidas y afectar al conjunto de la vida de la persona, si bien puede superarse exitosamente.

¿Qué hacer entonces?

Me permito sugerir algunas reflexiones que me han sido útiles en mi práctica profesional y educativa, tomadas de diferentes expertos, con el propósito de que, tal vez, puedan ser de utilidad a otras personas, dejando claro que cada caso es muy particular y que lo que aquí se diga, habrá de ser entendido como generalizaciones destinadas a un público amplio y con el único afán de ofrecer sencillos conocimientos y prevenir estos comportamientos que generan mucho dolor y sufrimiento a la persona afectada y a sus familiares y amigos/as.

Consiguientemente, si te encuentras o te encontraras en algún momento en esta situación, no dudes en pedir ayuda profesional. El Colegio Oficial de Psicólogos de tu Comunidad Autónoma te dará información confidencial. También puedes ayudar a alguien cercano que le ocurre algo similar. Cuesta mucho tomar esa decisión, pero es posible salir. Después de una noche tormentosa siempre luce un hermoso amanecer.

Solo si te encontraras en este caso, señalaría al menos las siguientes consideraciones:

1. Es posible superar esta adicción. Otras muchas personas lo han conseguido. Se puede salir, incluso de adicciones también muy poderosas como la heroína, el tabaco o el alcohol que es una de las más extendidas. De esta también se puede salir.
Te recomiendo ver la entrevista de Gervi, en el programa Lo de Evole de la SEXTA, (emitida el 27/02/2022) sobre los efectos de las adicciones. En un momento el protagonista dice:
Me daba igual todo. Era autodestructivo (…) Pensaba, igual mañana no me levanto. Y me daba igual. Y me daba igual (…)morirme”.
2. Hay que ser capaz de establecer prioridades. Piensa que tú eres lo más importante de tu vida. Que eres una persona valiosa. Mereces la pena. Por consiguiente, es muy positivo que te valores a ti mismo, aumentes tu autoestima y confíes en tus recursos para superarla. Te mereces otra vida sin este sufrimiento. Si te lo propones, más temprano que tarde, lo conseguirás.
3. Toma la decisión de dejarlo, a sabiendas que no será un camino fácil. Saber decir NO es muy terapéutico y tiene que ver con la superación de cualquier adicción. En algunas etapas, como por ejemplo en la adolescencia, en la que la inseguridad y el miedo a que te rechacen son frecuentes, es más fácil hacer cosas porque otros las hacen. El miedo a no ser aceptado en el grupo, es una de las claves para entender el origen de determinadas adicciones.
4. Existen especialistas cualificados que te pueden ayudar a superar esa adicción con métodos muy experimentados y exitosos. La terapia cognitivo-conductual es una de las alternativas psicoterapéuticas más habituales y beneficiosas, utilizadas para la adicción y los trastornos hipersexuales, a ser posible dentro de un equipo multidisciplinar, que en algunos casos pueda prescribir ayuda farmacológica. Por tanto, es posible superar estos problemas de salud.
5. El tratamiento supone alejarse totalmente de las pantallas durante una temporada, un parón total (reinicio que dice Reboot Nation) así como de las películas sexuales (sean PSE o PSP), si bien el proceso final podría incluir, solo en algunos casos, una reeducación en el uso de las PSE, únicamente.

¿Qué es un Uso Controlado y Racional (USR) de las películas sexuales?

Como sabéis, quienes seguís mi publicaciones y trabajos, frente al consumo exclusivo de Películas Sexuales Pornoviolentas (PSP) -que sugiero rechazar sin contemplaciones- propongo un Uso Controlado y Racional (UCR) de Películas Sexuales Eróticas (PSE) atendiendo a las características del deseo sexual. No nos engañemos: el deseo sexual necesita estímulos sexuales para provocarlo y los de carácter audiovisual son los más poderosos, máxime en una sociedad de pantallas. Habría entonces estímulos saludables y estímulos no saludable, esa es la clave. Si bien ambas pueden generar adicción, el daño añadido de las PSP es inconmensurable.

Tenemos que comprender que la pornografía existe porque se consume. Desaparecerá cuando deje de consumirse. No antes. Por ello tenemos que capacitar a nuestros menores para que nunca consuman Películas Sexuales Pornoviolentas y, si necesitan estímulos audiovisuales, que lo hagan con películas sexuales eróticas de manera racional y controlada.

La labor, en consecuencia, es capacitar a las personas, particularmente a los menores, que utilicen estímulos saludables y rechacen con rotundidad los no saludables.

Por tanto, a mi entender, un UCR de PSE puede ser una alternativa a considerar, cuando no hay conducta adictiva y no tiene por qué generar problemas significativos. Defiendo -pese a las críticas puramente ideológicas y de propaganda de algunos grupos sociales, de las que he sido objeto- su utilización como criterio educativo previo y de prevención de los efectos nocivos de las PSP, por todas las razones que ya hemos explicado en diferentes publicaciones.

Ahora bien, soy consciente de la enorme dificultad de establecerlo como patrón normalizado de conducta sexual, una vez superada la adicción, particularmente en pacientes jóvenes, a tenor de que el deseo sexual necesita estímulos y, los de carácter audiovisual en una sociedad de pantallas, son muy poderosos. Seguramente en un grupo importante de personas no será posible y habría que considerar, así mismo, una restricción total de ese tipo de films.

En consecuencia no hay que desdeñar la fuerza y el empuje del deseo sexual que va a perdurar y, en algún momento, va a necesitar inevitablemente estímulos en forma de lecturas, fotos, gráficos, fantasías… El profesional y el paciente habrán de valorar esta circunstancia y decidir lo más adecuado en cada caso.

Nadie dice que sea fácil. Algunas personas refieren las características particulares del porno y su fácil acceso, en una sociedad hipersexual, como elementos que juegan en su contra. Un chico me decía “es como cuando quieres dejar de fumar petas, pero tienes un par de porros en el bolsillo o en la guantera del coche”.

Cada persona es diferente y el proceso puede hacerse de manera radical o escalonada, si bien el objetivo final es no consumir películas sexuales pornoviolentas y, en todo caso, un consumo controlado y racional de PSE.

Sugerencias finales

Si tienes dudas o no eres capaz de acudir a un especialista, y hasta que eso suceda, te sugiero:

•Trates de reducir si no totalmente el consumo, si al menos parcialmente.
·Eliminar por completo las PSP y sustituirlas exclusivamente por PSE, sin ningún tipo de violencia.
•Haz pausas, controla el deseo de ir al ordenador o el móvil para ver porno. Recuerda como eras antes del porno. Aléjate de los dispositivos que te lo impidan. No va a pasar nada por aparcar el móvil o la Tablet una temporada.
•Busca entretenimientos alternativos. Haz deporte, pasea por el monte y recupera el contacto con la naturaleza. Disfruta del entorno.
·Vuelve a aquellos hobbies con los que disfrutabas antes. Explora otros novedosos.
·Apúntate a actividades novedosas en grupo.
•Trata de estar más tiempo con las personas que te quieren: familia, amigos… Habla con ellos y cuéntale tus preocupaciones.
•Cada minuto que le robes a la adicción y que lo pases haciendo otras cosas, es un éxito.

No olvides que, en estos casos, aunque algunas personas puedan superarla por su cuenta, con apoyo afectivo externo, la ayuda profesional es necesaria para la mayoría.

Tampoco olvides que puedes curarte de esta enfermedad y volver a recuperar tu vida anterior. Volver a la normalidad. Ánimo.

Nota final de la serie de artículos sobre el cerebro y el porno.

Llevamos muchos años empeñados en sensibilizar a las familias y profesionales en prevenir los riesgos de Internet, en particular del consumo de películas sexuales en menores, a través de la educación sexual científica y profesional en la familia y en la escuela.

Muchos padres y madres no son conscientes de la necesidad de hablar con sus hijos e hijas de sexualidad y de pornografía, y de otros temas básicos, tarea que hay que hacerla cuanto antes.

De los progenitores que sí son conocedores del problema, una buena parte se encuentran agobiados por preguntas de este tipo: ¿Qué decirles? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿De qué hablarles? ¿Cuántas veces? ¿Hay que hablar de TODO? ¿Hasta donde hay que informar? ¿Y, si no preguntan?  lo que conlleva, en no pocas veces, a abandonar el diálogo, como les ocurrió a ellos/as cuando tenían la edad de sus vástagos. En mis publicaciones y actividades formativas, TUS HIJOS VEN PORNO ¿Qué vas a hacer?, explico todas estas cuestiones en profundidad y subrayo las consecuencias de repetir el bucle del silencio de generación tras generación.

Foto portada de Cytonn Photography en Pexels 

(*) PornEducation para el finde, ¿te atreves?es una nueva propuesta, una más, a modo de campaña de sensibilización, que quiere ofrecer contenidos formativos por medio de artículos de divulgación, que se publicaran en este blog cada viernes, para leerlos y comentarlos el fin de semana con tranquilidad, con el hashtag: #PornEducationParaElFinde

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