CONSUMO DE PORNO Y CAMBIOS EN LAS PRÁCTICAS SEXUALES (I): EL PODER DE LA PORNOGRAFÍA.

Tengo el placer de comunicarte que recientemente he sido nombrado Profesor colaborador honorífico por parte de la UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS, para impartir el PRIMER curso universitario que se hace en España y Latinoamérica sobre pornografía y educación sexual. ( Aquí tienes más información sobre esta iniciativa pionera) Un título propio de Experto Universitario de este centro académico. Todo un maravilloso desafío.

La segunda convocatoria para el curso 2023-2024 ya está abierta

PornEducation para el finde, ¿te atreves? (*)                   #PornEducationParaElFinde

Un nuevo artículo de José Luis García para leer y reflexionar el fin de semana.

Internet, prodigio de la tecnología

Preciso es reconocer que, en los últimos 30 años, Internet nos ha cambiado la vida, las relaciones y el tiempo libre, tanto a menores como a adultos. La pandemia por el coronavirus, con el aislamiento social obligado, no ha hecho más que agravar esta situación, incrementando significativamente el tiempo que se dedica a navegar por la red.

Pues bien, es indiscutible que Internet es un prodigio de la tecnología y un invento maravilloso que ha contribuido decisivamente a una transformación extraordinaria en la sociedad, pero también ha venido acompañada de riesgos importantes de salud que es pertinente conocer.

Uno de ellos, a mi juicio muy relevante, es el consumo de pornografía, particularmente la que ofrece diferentes dosis de violencia. La inmensa mayoría de los menores y jóvenes (también adultos) consumen porno con ese tipo de características en Internet. En España, algunos comienzan a los 8 años, otros incluso antes. Las niñas algo menos, pero en determinados países como Suecia o Australia ya se están acercando en torno a los 16 años.

Dada la importancia de este tema, lo analizaremos en dos artículos.

Los efectos del consumo de pornografía -que yo denomino Peliculas Sexuales (P.S.)-han sido descritos en numerosos artículos de este blog y en los libros TUS HIJOS VEN PORNO. Uno de los estudios más prestigiosos y conocidos, realizado por un equipo de  investigadores de la UNIVERSIDAD de INDIANA dirigido por Paul J. Wright, concluía que: que las personas que consumen pornografía más frecuentemente, tienen una mayor probabilidad de tener actitudes favorables a la agresión sexual y de llevar a cabo conductas reales de agresión sexual, en comparación con las personas que no consumen pornografía o que consumen pornografía con menos frecuencia. El consumir porno violento sería un factor exacerbante.

Sabemos que si este consumo es precoz, es otro factor exacerbante, así como la ausencia de una educación sexual profesional y científica, entre otras muchas variables. En este blog, hemos hablado en varias ocasiones  sobre el poder adictivo del sexo y, en particular, del consumo de  las películas sexuales sean eróticas (PSE) o pornoviolentas (PSP).

Desde hace más de cuatro décadas hemos advertido del poder de la pornografía, porque ya era consciente de sus efectos tanto en la clínica como en los estudios y cursos de formación específicos que seguía.

En la presentación de un documental de Atresmedia sobre este problema, su director advierte que “un gestor de un portal pronográfico “estaba muy satisfecho” de haber conseguido que los niños entraran por primera vez en su portal a los 11 años, en vez de a los 12 que conseguía hasta ese momento. “Ahí me di cuenta de que van deliberadamente a por ellos“, explica. “Y los niños no tienen recursos personales ni herramientas para sobreponerse a estímulos diseñados específicamente para captarles”.

Cualquiera que tenga un móvil con acceso a la red puede hacerlo, porque la industria del porno y sus algoritmos tiene como objetivo que, más temprano que tarde, ese menor se tope con el porno y hacer de él un consumidor más, a ser posible adicto, al igual que pretenden las tabacaleras o los lobbies del alcohol o los cárteles de la droga. No es que el chaval busque porno, no, es que el porno le buscará a él.

No podemos entender el consumo adictivo del porno si no lo ponemos en relación con el consumo adictivo de otras sustancias y actividades como las apuestas o los videojuegos. Ni tampoco entender la industria pornográfica con el resto de industrias que hacen negocio con las adicciones. Todas giran en torno a manipular esa “debilidad” humana, influyendo en los sujetos, despersonalizándolos para que no ejerciten sus capacidades de autocontrol.

Sí aceptamos que un anuncio en TV de 20″ influye en las conductas de los espectadores, ¿Cómo no va a influir ver vídeos porno violentos durante cientos de horas, incluso miles en la juventud? Sí un jugador de fútbol o  una actriz famosa influyen en diferentes decisiones de sus jóvenes admiradores, por ejemplo en cuestiones estéticas corporales, es razonable pensar que los actores  y actrices también son modelos de conducta, en un aspecto de gran motivación y atractivo como la sexualidad.

No tengo dudas de que consumir, con frecuencia, vídeos pornoviolentos, en un contexto de excitación y placer, puede producir cambios de muy diferentes órdenes en los comportamientos de quienes se exponen reiteradamente. Pueden afectar, en diferentes grados según cada caso, a la información, los valores, a las actitudes y a sus conductas sexuales, máxime si son menores.

Entre otros aspectos, dos conductas deberían preocuparnos especialmente: la asfixia y la penetración anal. La asfixia en jóvenes ha sido analizada, por ejemplo, por la australiana Mareé Crabbe, experta en adolescentes, promoviendo una campaña con el hashtag #strangulation.

Dentro del conjunto de las parafílias, es decir trastornos de la conducta sexual, la asfixia sexual, de denomina Asfixiofilia, siendo una de sus características más significativas el hecho de sentir atracción por estrangular, asfixiar o ahogar a la pareja durante el acto sexual, supuestamente con su consentimiento, y sin llegar a producir daños letales. Conviene subrayar los riesgos que tal práctica pudiera comportar, para la victima, en edades precoces, sin el conocimiento ni la precisión suficiente relativa a la fuerza que se puede infligir/soportar, máxime si hay consumo de sustancias estupefacientes. Hay testimonios de chicas muy elocuentes.

Como bien ha señalado Maree Crabbe (cofundadora y directora del proyecto australiano de prevención de la violencia y promotora de la campaña #strangulation ) necesitamos conversar con los jóvenes sobre este tipo de prácticas sexuales como la asfixia, informándoles de los riesgos que puede comportar, ya que no es algo que se pueda hacer de manera segura y que esas prácticas, que aprenden en la pornografía, RRSS y que están configurando sus experiencias sexuales, no son prácticas saludables. Necesitan otras fuentes de información más adecuadas y científicas así como un modelo diferente de comportamiento sexual, respetuoso, consentido y seguro.

Diferentes datos indican que la violencia sexual, particularmente en menores, sigue creciendo en todos los países constituyendo una gran preocupación y también cierta alarma social. ¿Por qué este aumento? En otras entregas de este blog nos hemos acercado a esta compleja cuestión. Sin embargo, en estos dos artículos trataremos de aproximarnos a esta influencia, bajo la hipótesis de que el consumo abusivo de películas sexuales pornoviolentas es un factor a considerar.

Los vídeo juegos y el porno

Pero no solo el porno contribuye. Todo va sumando en pro de la violencia asociada a la sexualidad. También determinadas canciones con violencia sexual, cantadas por quienes son considerados héroes y que sus admiradores les siguen a pies juntillas, por ejemplo en cuestiones de estética como el corte de pelo, o los pantalones de moda. Este tema ha sido abordado en otros artículos de este blog

Así mismo los vídeojuegos, aparentemente inocuos, presentan un riesgo notorio, porque es allí donde la industria invierte a mansalva como un nicho de mercado privilegiado. Y hay vídeojuegos extremadamente violentos que incorporan contenidos pornográficos que promueven la prostitución o las agresiones sexuales.

Como botón de muestra, GTA es uno de los videojuegos para mayores de 18 años, más populares. Hay niños de 8, 10 y 12 años, que lo juegan. En ese juego además de porno, hay violaciones y asesinatos a prostitutas (para recuperar el dinero que le pagaron).  Lo que nos propone el modo libre de este juego, es que si después de violar a la mujer prostituida,  le pegas una paliza, la matas, le quitas el dinero, eso te da dinero y vidas extras y te aumentan el respeto en el juego. Tela, telita, tela. 

La OMS ya ha reconocido la adicción a los videojuegos como un trastorno mental y no hay dudas de sus efectos adversos, cuando se dan determinadas circunstancias en consumidores habituales  ¿Qué efectos puede tener en el cerebro inmaduro de un niño/a, un juego novedoso, atractivo, emocionante, que provoca elevadas dosis de dopamina y cortisol? ¿Qué pinta un niño jugando a tal cosa durante horas y horas? ¿Cómo sus padres les compran esos juegos? Sin acritud: la violencia solo engendra violencia.

En fin, lo cierto es que  esas imágenes sexuales (tambien las violentas) provocan chutes de dopamina (o de cortisol que se estimula ante el estrés y la amenaza) ,  tienden a generar inevitablemente una respuesta fisiológica programada genéticamente. Nuestro cerebro más primario está preparado para responder a los estímulos sexuales que desencadenan y provocan el deseo sexual, inundándolo de dopamina, mecanismo necesario para la supervivencia de la especie.

Algunas consecuencias del consumo de pornografía

Pero lo que me gustaría destacar ahora es que, este consumo, a pesar de ser gratis, no es de balde, tiene consecuencias y algunas de ellas muy graves. Diferentes estudios científicos sugieren determinados efectos tales como: adicción, hipersexualidad, alteraciones cerebrales, disfunciones sexuales, problemas de pareja, trastornos de la conducta, alteraciones de la sociabilidad, consumo de prostitución, riesgos reproductivos y de infecciones entre otros, pasando por el aprendizaje de un modelo de actitudes y de relaciones sexuales agresivo, vejatorio contra la mujer, inaceptable desde todo punto de vista, cuando nos referimos al porno violento.

Estos efectos son objeto de estudio detallado en el VOLUMEN I de  nuestro programa educativo TUS HIJOS VEN PORNO, que puedes ver clicando aquí. La prevención de los mismos, pasa necesariamente por la formación de padres, madres y docentes, empeño en el que llevamos no pocos años. No hay otra que la capacitación específica de nuestros menores en esta cuestión.

Con todo, lo que más nos inquieta es el hecho, tal real como terrible y lamentable, de que niños y niñas se inicien en la sexualidad con ese modelo que a diario ven en las pantallas de sus móviles, modelo que contribuye a configurar el concepto y el sentido de su sexualidad y de sus relaciones afectivas y sexuales a partir de ese momento. El porno, como ya hemos reiterado muchas veces, es el manual de instrucciones 3.0 de las primeras relaciones sexuales de muchos chicos y chicas: se creen que es normal, sienten que les excita y quieren ponerlo en práctica.

Algunas niñas tienen relaciones sexuales precoces, con dolor, sin placer, llevando a cabo prácticas como la penetración anal o la asfixia, sin la menor preparación, pensando que ese tipo de relaciones es lo normal y deseable, lo inevitable, porque su novio así lo quiere o sus amigas, dicen que también lo hacen, como en el porno: La actriz y el actor gozan extraordinariamente de esa práctica, aparentemente fácil y sin condón.  En algunas ocasiones las lesiones anales han sido tan graves que han requerido cirugía.

“Una menor de 16 años aceptó sexo anal en grupo, practica completamente normalizada en la pornografía, lo que le ocasionó lesiones tan graves que tendrá que usar una bolsa de colostomía por el resto de su vida” ONG, Reality and Risk.

Aumento de cirugía genital

Ya en un artículo de la BBC de 2017, se advertía del aumento de chicas adolescentes que se someten a una cirugía genital para acortar o modificar los labios menores de la vagina, cifrándose  en un 152% en apenas dos años, a pesar de “la recomendación contundente de los expertos a ambos lados del Atlántico de que la labioplastia no debería realizarse en menores”.

Una de las razones de este cambio es, según la doctora Placer Lainez, “las jóvenes quieren tener su zona genital “lo más bonita posible”, pero el referente estético para ellas es lo que se ve en las películas porno o en las muñecas, es decir, una vulva en la que no se aprecian los labios menores ni la piel más oscura y arrugada que los caracteriza. Probablemente haya mucha cirugía íntima en la pornografía”.

Un caso sorprendente es el que refiere la noticia siguiente y que revela el alcance de estos cambios y que afecta a la “competencia” por tener clientes que está generando las nuevas formas de negocio pornográfico como es el caso de Onlyfans.

Una mujer afirma haberse tatuado su vagina, con el dolor que ello comporta al tratarse de una mucosa, suponemos en pro de ofrecer nuevos atractivos a sus clientes de Onlyfans, una plataforma con nuevas modalidades de porno, fidelizándolos con la novedad y destacarse de la competencia.

En concreto se señala que “Otro de los motivos por los que es difícil cumplir estos deseos es porque “es bastante vergonzoso tener un tatuador entre las piernas”. Sin embargo, asegura: “Tenía que terminarlo porque quiero que mi cuerpo esté completamente pintado”.

Un mes después, Becky Holt sigue sufriendo las consecuencias del tatuaje, puesto que su vagina todavía está “hinchada”. Además, no puede tener relaciones sexuales, por lo que tanto ella como Ben, su pareja, lo están pasando un poco mal”.

Otros cambios corporales

En mi opinión, la normalización del consumo de porno en nuestra sociedad está provocando nuevos y significativos cambios no solo en las actitudes y conductas de nuestros jóvenes, sino también en la morfología corporal. No en vano la todopoderosa industria del porno trata de influir en los retoños consumidores, generando una nueva estética corporal, tanto en lo que se refiere al cuerpo y genitales rasurados y depilados de cualquier tipo de vello, silicona por doquier, cejas pintadas, tatuajes, piercing etc, como también modelos de conducta a seguir.

Algunos estudios más específicos, sobre los efectos del porno, revelan el impacto en la autoestima corporal de las chicas, como por ejemplo la obsesión por el tamaño de los pechos, su turgencia, así como el rasurado de la zona genital, la cirugía estética de la vulva, los labios mayores y la vagina. En los chicos es similar y hacen referencia al tamaño del pene, la duración de la erección y la cantidad de eyaculado.

No en vano en las páginas webs porno, abundan los productos, accesorios, fármacos y brebajes varios que “aseguran” un incremento de varios centímetros del pene. Una milonga de libro, en la que habrán caído, no pocos varones, dejándose sus ahorros en ese empeño. Muchos hombres con esa creencia o con disfunción eréctil, son capaces de “tomarse lo que sea” para dar la talla sexual.

El porno, además de ser el tutorial del comportamiento sexual de nuestros jóvenes, propone unos modelos corporales imposibles de alcanzar, lo que les genera frustración y ansiedad. Nunca estarán satisfechos porque nunca tendrán esos cuerpos. Las clínicas de cirugía estética son las principales beneficiadas. La mayoría de las actrices tienen implantes de mama y retoques varios en la cara y en otras partes de su cuerpo.

Particular interés tiene el comportamiento sexual irresponsable de los actores/actrices, que nunca usan condones arriesgándose ellos/as mismos a infecciones sexuales y bacterianas por no mantener la mínima higiene (coito-anal-vaginal alternativamente) y ofreciendo ese modelo como el “normal”, cuando es absolutamente inaceptable.

Esa propuesta corporal y de conductas, ambas irreales y por tanto inalcanzables, pueden genera falsas expectativas en las relaciones sexuales de los menores que quieren emular, altamente excitados, lo que ven en los vídeos. Y, claro, no lo consiguen. Incluso con dolor y sin placer. Siempre frustrados.

También el fenómeno afecta a los/as mayores. Recibo a menudo testimonios de mujeres adultas y de mediana edad, que manifiestan su malestar por los continuos intentos de sus parejas de llevar a cabo conductas que a ellas no les gustan o no desean y que, en no pocas ocasiones, acaban cediendo para no crear un conflicto. Este tipo de situaciones parece que se vinculan al consumo de pornografía con diferentes dosis de violencia. Uno de estos testimonios es el siguiente:

Redes sociales e influencia en los jóvenes.

Pero no solamente son las webs porno, porque en muchas RRSS la pornografía está directamente o indirectamente presente a diario. Y a propósito de algunas RRSS como IG o TikTok, por señalar las más sangrantes, hay diferentes estudios que muestran evidencias científicas sobre determinadas cuestiones de salud. Si añadimos determinados videojuegos nos encontramos con un panorama preocupante.

El afán por adquirir notoriedad, a través de los seguidores y los likes -es decir formas modernas y exitosas de buscar afecto y reconocimiento virtuales- es el gran aliado de los pederastas de cualquier parte del mundo que pululan por las diferentes redes sociales, destacando Instagram, Snapchat, Twitch y Tiktok.

Un estudio realizado con adolescentes británicos, en 2019, sugiere evidencias interesantes sobre la relación entre el uso de pantallas, redes sociales y la depresión. También señala posibles relaciones con el ciberacoso, problemas con el sueño, baja autoestima personal y corporal.

Otra investigación llevada a cabo por la Royal Society of Public Health, con adolescentes ingleses, advierte de cómo las RRSS influyen en la imagen corporal que tienen de sí mismos. Instagram y Snapchat salen malparados ya que los consideran los más perjudiciales para la salud mental y el bienestar de los jóvenes. Diferentes trabajos insisten en la generalización, más aún en chicas jóvenes, de un creciente malestar e infelicidad con sus cuerpos.

Una permanente comparación de su cuerpo con los demás, percibidos todo ellos como “maravillosos”, que aparecen en las citadas redes, acaba haciendo mella en su autoestima y en la seguridad y confianza en sí mimos/as, particularmente en la etapa adolescente, momento evolutivo en el que el cerebro está aún en proceso de desarrollo.

Influencers y porno

Destacar igualmente que los actores/actrices porno son verdaderos influencers en menores y jóvenes, tienen sus propios canales de Youtube, juegan con ellos una partida al Fortnite, páginas web y RRSS. Son entrevistados en programas cool, en prime time, como la Resistencia o Late Motiv y en revistas dirigidas a población juvenil. Follan todo lo que quieren con miles de mujeres atractivas y jóvenes, son famosos, ganan pasta, triunfan y la vida les sonríe. Son héroes sociales que a no pocos les gustaría emular en su futuro profesional.

Recientemente Jordi Evole entrevistó en su programa al actor porno referente español en el mundo, presentándolo como un héroe, aunque en horas bajas, y un educador sexual, para bochorno y vergüenza de quienes nos dedicamos a esos menesteres en el área de la salud desde hace cuatro decadas. Un actor que ha grabado vídeos de una gran violencia y brutalidad contra las mujeres, convirtiéndose en un modelo para no pocos jovencitos, nunca puede ser una guia de nada.

Y las chicas no se quedan atrás: camgirl y subir vídeos y fotos a Onlyfans cobrando por ello. Algunas no tienen reparo en publicitar los miles de euros ganados mensualmente. La nueva pornografía que va a abrir una puerta a nuevas formas de prostitución. Novedosas modalidades de pornografía en tiempo real, a escala planetaria, a la carta para atender todos los gustos, eso sí, pagando religiosamente.

Mientras, la sociedad, mira para otro lado. Algunos chicos y muchas chicas tienen la batalla perdida. ¿Qué más se puede pedir en tiempos de crisis socioeconómica, más aún la provocada por la pandemia de la COVID-19? Pan comido. Así, cualquiera. Muchas menores y chicas vulnerables caerán en las redes. Un rasgo más de lo que hemos denominado una generación de #niñosyniñaspornograficos .

Millones de jóvenes, suscritos a canales de pago, están abducidos y son adictos a algunos/as influencers que, a través de mensajes más o menos explícitos sugieren jugar a apuestas on line o consumir determinados productos no saludables –a cambio de generosas compensaciones económicas- o a ciertos videojuegos en los que hay pornografía y agresiones sexuales por doquier. Un circo en el que unos pocos ganan mucho dinero y miles de ellos pierden, cuando menos, la salud y sus ahorros. Los suyos y los de sus familias.

Si tenéis hijos/as y queréis conocer la tendencia de mis #niñosyniñaspornograficos, visitar por ejemplo la página de Mostopapi, con 557K seguidores, y su serie de vídeos Hábitos de los jóvenes. El futuro que viene.

A modo de ejemplo, presento un tuit de uno de estos influencers, con más de 600k seguidores/as en Twitter, con canal de Youtube y 10,2M suscriptores con suscripciones mensuales de 4,99€. Multipliquen. A su juicio, el 90% o más de las mujeres, desearían ciertos grados de violencia sexual, ahorcar, nalgadas o cachetadas. Presenta como normalidad, conductas que no son saludables, particularmente si se dirigen a menores y jóvenes. Los comentarios a este tuit citado, que no tienen desperdicio, pueden verse aquí.

Juegos sexuales y pornografía

La precocidad del consumo parece que está llegando a múltiple rincones. Hay evidencias de que algunos chicos, tal vez excepcionales, ven porno a los 6 años, incluso otros a los 5 o a los 3, a través del móvil de su papá o mamá que también consume. En algunos casos se les deja a bebés el móvil sin ningún control, hecho que constituye una enorme irresponsabilidad, no solo por el asunto de las imágenes sexuales, sino y sobre todo, por los efectos neurológicos adversos, que parecen ser una realidad.

Jugar a médicos y enfermeras o a papás y mamás, eran juegos clásicos en anteriores generaciones. Internet parece estar cambiando también esto. Hay evidencias de que determinados grupos de niños están reproduciendo conductas sexuales adultas. Nosotros conocemos casos concretos que ponen de relieve estos cambios; grupos de niños de 5 o 6 años que imponen a niñas determinadas prácticas sexuales.

Este es otro elemento más, que debería hacernos reflexionar sobre la necesidad de regular estrictamente este acceso a internet de los menores y ofrecer programas sistemáticos de educación sexual profesional y científica. Los controles son insuficientes.

En el siguiente artículo continuaremos nuestro análisis deteniéndonos en los cambios específicos que parecen estar aconteciendo en las prácticas sexuales, no solo de los jóvenes.

NOTA FINAL.

Desde mi compromiso formativo y de prevención, en nuestro libro TUS HIJOS VEN PORNO 2analizamos el papel de las películas sexuales porno violentas en las agresiones y abusos sexuales, proponiendo un modelo de intervención educativa para desarrollar en casa y en los centros de enseñanza, que prevenga esas lacras en nuestra sociedad. 

Mas tarde o temprano tus hijos verán porno con violencia y tratarán de llevarlo a la menor oportunidad, con una chica que, a menudo, no ha visto tanto como él. Hay que capacitar a ambos, antes de que eso suceda y tengan otra mirada radicalmente diferente. Pero ¿qué decirles? ¿cómo? ¿cuándo?  Para que conozcas mejor el problema e intervenir adecuadamente cuanto antes, te regalo un capítulo de mi último libro: https://cutt.ly/LAMUJaL  Un manual de casi 500 páginas, valorado muy positivamente por profesionales, padres y madres. Lo tienes por lo que cuesta un café. ¿Me invitas a un café por los ratos buenos que hemos pasado? Gracias.

(*) PornEducation para el finde, ¿te atreves?, es una nueva propuesta, una más, a modo de campaña de sensibilización, que quiere ofrecer contenidos formativos por medio de artículos de divulgación, sobre seualidad, educación sexual y pornografía, que se publicaran en este blog cada viernes, para leerlos y comentarlos el fin de semana con tranquilidad, con el hashtag:  #PornEducationParaElFinde


[1] Este vídeo es un buen ejemplo de ello: https://www.youtube.com/watch?v=tjcFetnX9Rk

18 comentarios en “CONSUMO DE PORNO Y CAMBIOS EN LAS PRÁCTICAS SEXUALES (I): EL PODER DE LA PORNOGRAFÍA.”

    1. Jose Luis García

      Muchas gracias. En mi web tienes otros muchos artículos, vídeos, programas de formación y libros para que sigas aprendiendo. Saludos

    2. Es un artículo muy interesante, cómo medida de contrapeso debería escribirse sobre la ternura en el acto sexual en contraposicion a esa violencia sexual

      1. Jose Luis García

        Tienes todo la razón. En otros artículos del blog y en mis libros TUS HIJOS VEN PORNO, propongo un modelo alternativo a la pornografía

  1. Existe la capacidad de censura en un instante y bloqueo de los sitios web …es parte de la agenda de despoblación

  2. Estupendo artículo y muy necesario. Coincido en todo lo que dices, y añado algo, la imposición mediante la normalización de estas prácticas se viene haciendo desde hace años, y a veces se ha animado a las chicas a consentir incluso desde contextos educativos formales e informales

    1. Jose Luis García

      Tal vez ahora, con la normalización del porno, es más general y signicativo no solo en los jóvenes sino también en adultos. Muchas mujeres adultas nos cuentan que sus parejas pretenden lo mismo. Un saludo.

  3. Que articulo tan necesario, yo como mujer joven que consumio pornografia desde los 8 o 9 años, he tenido muchas de las consecuencias mencionadas para nada gratas y que ahora trato en terapia, una de ellas violencia sexual y dismorfia, ojala esta info hubiera estado disponible Gracias por la información y seguir abriendo los ojos a las personas.

    1. Jose Luis García

      Gracias por tu comentario. Siento lo ocurrido. Con tu permiso, me gustaría incorporar este testimonio al artículo de forma anónima. ¿Me lo permites? seguro que a mucha gente le vendrá bien.

  4. Jorge Juan Freire Gómez

    Hola, en mi opinión personal digo que teniendo medios para el control de contenidos, porqué no se realizan?. Porqué no se legisla con firmeza los excesos de violencia sexual en las plataformas y páginas web de consumo pornográfico?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *