El impresionante negocio del porno.

PornEducation para el finde, ¿te atreves? (*)                   #PornEducationParaElFinde

Un nuevo artículo para leer y reflexionar el fin de semana.

Presentación de la serie NACHO

Estos días se ha presentado, con un gran despliegue de medios, la serie NACHO sobre la vida y milagros de Nacho Vidal, el actor porno español más conocido en el mundo mundial, ya que ha protagonizado cientos y cientos de vídeos donde la violencia sexual contra la mujer y chicas aniñadas se ha promovido hasta decir basta. Y seguirá siendo un modelo de violencia sexual porque esas grabaciones estarán en Internet de por vida.

En esa misma semana “el hombre con un pene de 25 cm”, pedía públicamente perdón por su trabajo y daba consejos a los jóvenes de que no vean sus vídeos donde se folla a abuelitas, como afirma en esta entrevista. Nacho Vidal, en sus vídeos, se ha follado a toda la que se ha movido. En esta otra explica por qué se ha dedicado al porno.

En este país, a los actores y actrices porno se les trata como a héroes en los programas más cool, la Resistencia o Late Motiv, por ejemplo, siendo entrevistados a modo de verdaderos modelos de vida exitosa a seguir y emular. Y ahora, la guinda del pastel: le dedican una serie. Pronto le harán otra a JNP. No sería de extrañar que muchos jóvenes anhelaran ser como él: dinero, fama, follarse a miles de tías de todas las características, edades y condiciones -y que te paguen generosamente por ello- páginas oficiales en Internet, protagonistas de vídeo juegos… es decir, la repera.

Está bien ese mea culpa, aunque un poco tarde. Hubiera sido mejor que exigiera que sus vídeos violentos se retiraran de las webs porno y que los productores y distribuidores quitaran los millones de vídeos de esa naturaleza que alojan en sus webs millonarias. Ya sé que es un anhelo imposible, pero por pedir que no quede.

En esta sociedad neoliberal, el porno es un negocio extraordinario ya que ofrece excitación y placer gratis. No me digan que no es una oferta imbatible. El estímulo audiovisual provoca una respuesta inmediata del deseo sexual, porque va como un tiro a nuestro cerebro más primario. De ahí su éxito. Y esto, los productores lo saben sobradamente, volcando cientos de nuevos vídeos a diario a la red, la mayoría con diferentes dosis de violencia contra mujeres y chicas/os aniñadas/os, pero eso carece de importancia mientras se haga caja y se ofrezcan nuevos productos a los adictos y consumidores. Sus chutes diarios.

El impresionante negocio del porno

Los datos sobre el negocio de la pornografía son muy diversos y las diferentes fuentes consultadas no se ponen de acuerdo, lo que da como resultado un panorama complejo en el que esa enorme disparidad es una característica relevante. A menudo se compara con otros negocios que parecen ser exitosos: trafico de drogas, armas, prostitución y trata… Probablemente la transparencia de esas “actividades empresariales” no sea uno de sus rasgos más destacados, por lo que hablar sobre este particular es un tanto temerario.

En otro artículo , que abre una serie de 8 entregas publicadas, nos hemos aproximado al debate entre implicaciones económicas y políticas, emergiendo la idea respecto de si el porno debe o no ser regulado, prohibido o dejarlo como está. Empeño prácticamente imposible, por esas implicaciones señaladas -más las ideológicas, sanitarias o religiosas- que comportan en este modelo de desarrollo neoliberal, hipererotizando el consumo de cualquier producto, a partir de instrumentalizar el sexo hasta limites inconcebibles, que ha venido para quedarse definitivamente y al que se le pueden arañar, con mucho esfuerzo, algunos avances sociales, siempre que los gobiernos sean progresistas. El sexo vende, como pocos, cualquier tipo de “productos” porque interesa a todo el mundo.

Debido a su poder adictivo, comparable a sustancias como el alcohol, tabaco o drogas varias -similar igualmente a no sustancias como las apuestas online o los videojuegos- basta mirar a lo que ha ocurrido históricamente con esas sustancias para tener una referencia objetiva: La prohibición incentiva el consumo e incrementa los riesgos de salud en este modelo de desarrollo basado en el consumo compulsivo. En consecuencia nos parece un empeño cuasi imposible, más aun cuando, en mi opinión, la capacidad de dependencia del porno es mucho mayor que el resto de sus compañeros de viaje, sustancias y no sustancias, como he señalado reiteradas veces.

Es cierto que con el tabaco se han hecho progresos importantes, pero a pesar de ello el consumo en jóvenes no parece disminuir significativamente, para desesperación de los colegas responsables de la prevención del tabaquismo. ¿Y el alcohol? Los lobbies del alcohol en España son tan poderosos que nadie se atreve a hincarle el diente y la inmensa mayoría de la población es consumidora, con una tradición generalizada de consumo transversal, permisiva de los lugares donde puede hacerse y que, prácticamente, no puede ejercerse un control eficiente sobre la sobreexposición y su ingesta en menores.

Capacitación específica

De ahí nuestra insistencia en que, a la espera de que haya políticos mundiales coordinados y valientes, con otro modelo de desarrollo social y económico, sería más operativo dedicar la energía en capacitar a niños y niñas, desde muy temprano, para que tomen decisiones responsables respecto del consumo (y de sus variadas características) de las películas sexuales, término este que prefiero al de pornografía, exactamente igual que hacemos con el resto de sustancias y no sustancias tóxicas, si bien hay algunos elementos diferenciales.

Si quieres saber qué proyectos educativos estoy llevando a cabo este año con familias y profesionales, clica aquí.

Mantener esta posición me ha traído diferentes problemas y enemigos/as y, tal vez, esté en la explicación a la suspensión inaceptable de mi cuenta con 18k seguidores/as en Twitter (@JosLuis70921676) durante casi tres meses y la dificultad de publicar ciertos post en IG o LinkedIn.

En octubre de 2022, Instagram -una red en la que no debería haber ningún menor por los riesgos que comporta- suspendió mi cuenta, “bien currada” con 5000 seguidores. Sin dar ninguna explicación, mientras permite otras absolutamente inaceptables desde un punto de vista de la salud, por ejemplo. ¡¡Y se permiten dar lecciones de moral!! Una vergüenza.

Todos los grupos y sus facciones ultras, tanto los que están totalmente a favor de cualquier tipo de películas sexuales como los que están totalmente en contra, no soportan una posición más sensata, realista, basada en la evidencia científica y en el sentido común ya que todos ellos defienden con ardor guerrero: o conmigo o contra mí. Y dedican todas sus destrezas a zancadillear, insultar, ningunear o descalificar a quien no comulga con sus ideas dogmáticas, ni las sigue al pie de la letra. Hay pocos fenómenos sociales que concitan una polarización ideológica radical como la que acontece con la pornografía.

Por ejemplo, hay mujeres, afortunadamente minorías, que les molesta que los hombres hablemos de pornografía, prostitución o agresiones sexuales. Yo hablaba de ello a finales de los años 70, cuando, probablemente algunas ellas no habían nacido todavía, y, como botón de muestra, les proponía a los docentes en nuestra “Guía práctica de información sexual para el educador” -uno de los primeros manuales que se publicaron en nuestro país, incardinado en un ambicioso programa educativo que incluía 12 libros y 14 vídeos, entre otros recursos didácticos- que incorporaran en los programas de educación sexual sugeridos, abordar la pornografía y la prostitución como ilustra parte del índice de esa guía, en su apartado de contenidos, tema de trabajo 17.

En cualquier caso, solo desde la ideología y la propaganda no se puede comprender la complejidad de este fenómeno.

La cuestión central es que el deseo sexual es una poderosa motivación de la conducta humana, que necesita de estímulos para activarse. Esta activación ha ocurrido desde el origen de nuestra especie, evolucionado con los avances sociales y tecnológicos. Y seguirá así hasta su extinción.

Por eso, tienen tanto éxito las películas sexuales como estímulos privilegiados de activación del deseo.

Por eso, la inmensa mayoría de los jóvenes (y adultos) consumen este tipo de películas, algunos a diario, y lo seguirán haciendo.

Por eso el consumo de estos vídeos está normalizado, siguiendo una creciente y exponencial tendencia de consumo.

La cuestión, en consecuencia tal y como como veíamos en los dos artículos anteriores, es que hay estímulos sexuales saludables y otros que no lo son y es esto lo que debemos incorporar a la educación sexual. ¿Y qué estímulos podrían ser saludables?

Como he señalado en otras ocasiones, serían saludables aquellos que transmiten una perspectiva de la sexualidad como una dimensión amorosa, saludable, divertida, apasionada, tierna y placentera que tiene todo el sentido cuando se da en un entorno de deseo y acuerdo mutuo, afecto, respeto, libertad y corresponsabilidad en el placer del otro/a, que puede vivirse, si así se quiere, de manera individual o en compañía, configurando una parte de la salud sexual. Cualquier tipo de violencia es incompatible con la sexualidad y, por tanto, inaceptable.

Consiguientemente, no podemos aceptar el argumento de que TODAS LAS PELÍCULAS SEXUALES SON IGUALES, y que hay que acabar con todas ellas sin distinción. Primero porque no es cierto y segundo porque mandar ese mensaje a menores y jóvenes es una auténtica irresponsabilidad. Es poner al mismo nivel una película de tortura sexual a una niña, que aquella en la que no hay ningún tipo de violencia, con lo que se acaba blanqueando la primera, y cuyas consecuencias pueden ser dramáticas.

¿Cómo se pueden comparar los efectos de una copa de tequila con una cerveza sin alcohol?

Y eso es lo que consiguen algunos de esos grupos religiosos, políticos e ideológicos, como vimos en anteriores entregas de este blog. Sospecho que no le interesan gran cosa las consecuencias porque consideran que, quien cruza la línea, se lo merece y que debe aguantarse y sufrir las consecuencias.

Porque puestos a prohibir, podríamos hacer lo propio con los libros, los comics, los relatos o las fotografías que se utilizan como recursos de excitación sexual. O las películas comerciales que incluyen conductas sexuales… es decir la mayoría. Un despropósito. Pensar que el porno va a desaparecer a medio plazo es una pura ilusión. La pornografía violenta desaparecerá, cuando deje de consumirse y esa etapa se me antoja lejana y cuasi imposible.

Es más, consideramos que va a tener un crecimiento exponencial en nuestro país, asociado con la boyante industria de los juguetes sexuales, imparable porque no hay ningún control. Prueba de ello es esta noticia donde se señala que el porno del futuro pasa por la Ciudad Condal.

Algunos datos

Por tanto, a mi modo de ver, conocer las implicaciones y determinantes económicos es fundamental para aprehender y comprender el éxito de las películas sexuales pornoviolentasy poder prevenir sus dañinos efectos.

Un negocio extraordinario

Pero vayamos a lo nuestro. Según la agencia de datos Medium y la revista Adult vídeo news, citadas en un artículo , la industria del sexo es la tercera economía del mundo, únicamente superada por la de las armas y el tráfico de drogas, y factura 7.000 millones de dólares anuales solo en EEUU (los datos del FBI hablan de unos 14.000 millones). Esto supone más que las ganancias combinadas de las ligas profesionales nacionales de beisbol, fútbol americano y baloncesto.

El artículo afirma que la demanda de pornografía es tal que la mayor página de alojamiento de vídeos y fotografías de esta índole es más grande que las de Dropbox, CNN y New York Times juntas. Otros medios dan cifras concretas: Mueve unos cien mil millones de dólares al año y además un 30% del tráfico de internet.

G. Dines (1),  señalaba hace unos cuantos años, por ejemplo, que la industria del porno obtiene más beneficios que las industrias cinematográficas y musical combinadas. En un documental reciente se señalaba que “el porno podría tener más peso en la economía de EEUU que Netflix”. Según Nancy Prada (2) , una especialista española en este ámbito, la industria pornográfica es una fuente de riqueza extraordinaria comparable a los negocios oscuros de las armas y las drogas.

En algunos medios se afirma que el negocio de la triple X mueve 97 mil millones de dólares a nivel mundial. Otras fuentes indican  que la industria de la pornografía, tomando datos de la revista Forbes, genera la nada despreciable suma de 60.000 millones de dólares al año.

Un equipo de peritos (3) señalaba que, en Reino Unido -datos referidos a junio de 2013- “los sitios web pornográficos legales recibieron más tráfico que las redes sociales, las compras, las noticias y los medios de comunicación, el correo electrónico, las finanzas, los juegos y los sitios web de viajes“. Por ejemplo, el popular sitio web de pornografía ‘PornHub’ recibió 79 mil millones de reproducciones de vídeo en 2014. En diciembre de 2021, según la revista Forbes, tenía cerca de 130 millones de visitas al día. En 7 años, casi se había duplicado.

En el ultimo informe de 2021 de esta web, cuya información es “parte interesada” y poco de fiar en lo relativo a la edad de acceso a la web (porque todos los menores mienten) se señala para España que, “lo ‘lésbico’, es el término más buscado. En cuanto a géneros, la distribución es 38% mujeres y 62% hombres. Siendo Lana Rhoades la actriz más buscada, mientras que Jordi ‘El Niño Polla’ es el actor que encabeza la lista en España. Además, los rangos de edad en España que más porno ven son de los 18 a los 24 (26%) y de los 25 a los 35 (28%)”.

¿Un negocio gratis?

De lo dicho, cabe concluir que parece ser un gran negocio y que pocos lo dudan. Otra cosa es que se pueda concretar exactamente de qué estamos hablando. En cualquier caso, para entender algo más sobre la importancia y las implicaciones del porno resulta imprescindible conocer, siquiera aproximarse, a la magnitud financiera del fenómeno. No solo la producción y distribución de vídeos en Internet, sino todo el conglomerado de negocios que están vinculados con aquel.

Si vamos a hablar con nuestros/as hijos/as de sexualidad y películas sexuales, como yo ánimo a hacerlo, será bueno conocer, aunque sea someramente, el alcance de este mercadeo, porque ese es un argumento, entre otros muchos,  que tenemos que utilizar: al igual que las tabacaleras, las alcoholeras o los carteles de la droga, a la industria del porno no solo no le interesa lo más mínimo la salud de nuestros menores, sino que lo que pretenden es que sean fieles consumidores y, si son adictos, mucho mejor.

Más que los contenidos, que pueden tener diferentes grados de violencia con una generosa e ilimitada oferta , que tambien son importantes para fidelizar a los clientes, lo que importa es el negocio.

En nuestro libro TUS HIJOS VEN PORNO 1 ¿Qué vas a hacer?, dedicamos un amplio capítulo a acercarnos a este hecho.

Que es un suculento negocio lo prueba el hecho de que, en diciembre de 2020, las compañías VISA y Mastercard advirtieron a PornHub que no permitirían el pago con sus tarjetas si no “hacían una selección de sus productos”.

Advertencia milagrosa: al día siguiente en esa plataforma, que es la más importante del mundo, retiraron cerca del 60% de los vídeos disponibles, según esta noticia.

Tal vez el titular que leímos recientemente, continuidad del anterior artículo citado de diciembre de 2020 , refuerza la idea de que va en serio.

En el artículo  se señala que “ Mastercard ha confirmado que está bloqueando el uso de sus tarjetas en la plataforma de contenido para adultos Pornhub tras confirmarse la presencia de contenido ilegal en esta web. Y es que, según ha desvelado una investigación del New York Times, la plataforma está “infestada” de vídeos relacionados con violaciones y abuso infantil.

La publicidad, clave del filón.

Es cierto que esta medida es testimonial, porque solo afecta a los pagos por los contenidos premium, porque la mayoría del porno que se ve en Internet es gratis y el grueso de los ingresos está en la publicidad, pero nos parece significativa en la historia reciente del fenómeno de la pornografía y de cara a medidas futuras.

Aun así, muchas personas podrían preguntarse ¿Si el porno es gratis, donde está el negocio? ¿Cuál es la clave de esta actividad planetaria de miles de millones de películas sexuales, la mayoría con diferentes dosis de violencia, que parece no tener fin, porque no para de crecer?

La respuesta es clara: la monetización del tiempo de acceso a través de la publicidad. Vendemos nuestra atención y nuestro tiempo, a cambio de acceder a esos contenidos, con la publicidad correspondiente asociada. Todas las plataformas, RRSS, webs y aplicaciones utilizan este criterio, que comparten todos los medios de comunicación, sean audiovisuales o no. La publicidad mantiene todos estos comercios y Google y el resto de buscadores, aplicaciones que dominan el mercado, lo han diseñado a la perfección, para llevarse su tajada. En realidad, la publicidad mantiene toda la industria de la comunicación e Internet, además de otros muchos comercios y actividades sociales y económicas.

Por tanto, a la pregunta ¿Cómo ganan dinero si el visionado de películas sexuales es gratuito? la respuesta es la publicidad: el tráfico tan extraordinario que generan estas páginas es utilizado para vender otros muchos productos, porque se direcciona este tráfico a los que acceden a esas páginas.

Hay pocos aspectos de la vida del ser humano que interesen tanto como el sexo, como ya se ha advertido.

De lo que se deduce que, si alguien quiere en algún momento controlar/regular la distribución, además de las necesarias disposiciones legales comunes a la mayoría de los países, debe considerar controlar primero, la publicidad que da soporte imprescindible a este negocio y, segundo, los pagos dinerarios de acceso a estas webs y plataformas, a través de las tarjetas de crédito. La experiencia comentada más atrás, aunque testimonial de VISA y Mastercard con la plataforma PornHub, puede ser una referencia significativa.

Pero, a lo que vamos, no solo las películas sexuales sean o no ponoviolentas deben considerarse de manera aislada, porque hay todo un amplio espectro de actividades y productos vinculados a las páginas web donde se exhiben (juguetes sexuales, páginas de citas, fármacos con supuestos efectos estimulantes, ropas sexys o venta de aplicaciones de tarot porno, hasta web-cam y todo tipo de merchandising en el camino, que se pueden adquirir ora en tiendas específicas ora on-line). Una enorme diversidad de productos a disposición de los consumidores, que no son sino suculentas maneras de obtener pingues beneficios.

Las noticias falsas, fakes, malintencionadas o claramente engañosas son un ejemplo de que todo vale. Me maravillan aquellas que, por ejemplo, aconsejan comprar criptomonedas y ponen como reclamo a un conocido famoso. Seguramente más de uno se habrá arruinado en estas inversiones, con la complicidad de todos los que viven de este negocio, incluyendo los buscadores.

A pesar de que es un despropósito, estos anuncios en forma de noticia engañosa, siguen con permiso de las grandes corporaciones que dominan Internet y que son las que en última instancia se benefician con suculentas facturas a quienes hacen esa propaganda. Da igual que el gato sea blanco o negro, lo importante es que cace ratones, dice un refrán popular.

A mi entender, es claro que la pornografía no es, de ningún modo, neutra: ofrece unos modelos de comportamiento sexual, puramente fisiológicos y encorsetados, en gran parte machistas y muchos de ellos con diferentes dosis de violencia, modelos que van a ser seguidos a pies juntillas por las personas más vulnerables y que tengan menos conocimiento y capacitación en educación sexual.

Del poder adictivo del porno, y de sus consecuencias, hemos hablado en varios artículos de este blog.

Otros muchos negocios vinculados

Sin embargo, además de esta “compra de nuestro tiempo y de nuestra atención” hay más aspectos que convendría considerar. Los que siguen, a modo de decálogo, son solo algunos de los más relevantes:

  1. El hecho de la gratuidad, no solo facilita su generalización social de modo transversal, sino que deja la puerta abierta, incita, a seguir consumiendo vídeos de más calidad, de contenidos más “fuertes”, en la llamada modalidad Premium previo pago de una suscripcción.

Una de las características de la adicción al porno es no solo la necesidad de dedicar más tiempo a verlo, sino que los contenidos deben ser necesariamente cada vez más excitantes y novedosos, es decir, más fuertes e incluso ilegales, como la pornografía infantil. En este sentido puede ser, también, una invitación a adentrarse en la “dark web” y, a la vez, una necesidad para la propia industria ansiosa por ofrecer cualquier vídeo, por raro que pueda ser, al consumidor más exigente. Yo he visto vídeos absolutamente inaceptables que atentan contra la dignidad del ser humano.

  • Dado que, en nuestro país, el actor y la actriz porno son considerados poco menos que héroes, entrevistados en los programas de TV en prime time, como La resistencia o Late Motiv, puede promover una cantera de jóvenes deseosos/as de seguir esa actividad que se muestra plena de éxitos, dinero y parabienes. De hecho, hay algunas exactrices porno, como Amaranta Hank, que ha montado una academia donde se capacita en estas dotes profesionales.
  • Parece tener estrechos lazos con los fabricantes de juguetes sexuales de toda índole, lencería llamada erótica o cosmética de esa naturaleza. No tengo dudas de que la “furia del tuppersex” que ha encandilado a muchas mujeres, incluso sexólogas y coach diversas, que han encontrado un nicho de mercado virgen en el público femenino, ha ido parejo a la exposición a la pornografía. Curiosamente no es frecuente encontrar vendedores masculinos.
  • Alimenta y estimula nuevas modalidades de pornografía como la que ofrecen plataformas tipo OnlyFans o todo el mercadeo vinculado a las camgirls, prostitución promovido directa o indirectamente por RRSS como Twitter, IG y TikTok, entre otras. Las “tripas” de la nueva pornografía de Onlyfans. Un interesante y denso artículo describen una parte del negocio de este tipo de plataformas, el futuro que nos viene encima, del que se hizo eco un periódico español. Y las nuevas plataformas como la que sigue, aprovechando el tirón de los vídeos ASMR, que aparecen publicitándose en todas las RRSS, con links a la página oficial y a las formas de pago.
  • La pornografía ofrece e impulsa no solo informaciones, sino tambien actitudes, valores y conductas determinadas. En este sentido, como botón de muestra, “ofrece como normales” modelos corporales en los que destacan tatuajes, pircings, morfología genital particular o ausencia de vello, prestaciones que las numerosas clínicas privadas de cirugía estética se encargan convenientemente de fomentar y de ofrecer soluciones costosas. Estos cambios los hemos analizado en dos artículos aquí.
  • Estimula y legitima el increíble y generalizado trajín de la prostitución en sus diferentes modalidades, con la que comparte muchos rasgos como hemos descrito aquí, en la medida en que, más temprano que tarde, el consumidor habitual acaba frustrado por no poder realizar esas practicas que tanto lo excitan, de modo normalizado con su pareja. ¿Quién resuelve esa necesidad? Muy sencillo, una joven pobre y extranjera venida de un país pobre, a menudo engañada, hasta las cejas de deudas que por 20 o 30€ resuelve el problema.
  • Incita diferentes practicas y conductas sexuales parafílicas (por ejemplo, pederastas y pedófilos) y otros trastornos sexuales (por ejemplo, la disfunción eréctil o la anorgasmia) que van a necesitar tratamientos psicológicos. Esta cuestión ha sido objeto de nuestra atención aquí.
  • Incentiva el consumo de fármacos sexuales, (sean legales e ilegales o timos y milongas manifiestas) drogas y otros estimulantes para poder “satisfacer” las prácticas y deseos sexuales que su visionado abusivo puede generar. Sobre este tema hemos hablado aquí.
  • Refuerza y anima el negocio de los buscadores, plataformas y aplicaciones que están vinculados a esta actividad. La diversidad empresarial vinculadas a las webs porno es algo cuando menos curioso.
  • En particular, incentiva el uso de páginas y aplicaciones de contactos.

Por tanto, no hay duda de que la pornografía, es la “madre de muchos negocios” que no solo dependen de su producción, distribución y consumo, que ahora no los abordamos, ya que lo hemos hecho en el libro TUS HIJOS VEN PORNO 1.  ¿Qué vas a hacer?, ni tampoco las empresas que se publicitan en los millones de páginas webs porno. 

Como conclusión, señalo que: es tan grande el negocio y tiene tantas implicaciones que resulta difícil imaginar que se pueda controlar alguna vez. Tomemos el ejemplo del tabaco, del alcohol o de las drogas, lo que cuesta cualquier avance en educación en la prevención y la lucha sin cuartel que se declara entre los defensores y los detractores.  El porno seguirá ahí y solo tenemos la posibilidad de capacitar a nuestros menores para que puedan elegir si lo ven o no y, en ese caso, que tipo de vídeos no deberían nunca consumir, en particular los que denomino pornoviolentos, por el daño que pueden producir en su vida y en su futuro afectivo sexual y emocional.

(*) PornEducation para el finde, ¿te atreves?es una nueva propuesta, una más, a modo de campaña de sensibilización, que quiere ofrecer contenidos formativos por medio de artículos de divulgación, sobre sexualidad, educación sexual y pornografía, que se publicaran en este blog cada viernes, para leerlos y comentarlos el fin de semana con tranquilidad, con el hashtag:  #PornEducationParaElFinde

(1) Dines. G. (2010). Pornland: How Porn Has Hijacked Our Sexuality. San Francisco: Beacon Press

(2) Prada, N. (2010).  ¿Qué decimos las feministas sobre la pornografía? Los orígenes de un debate. Revista La manzana de la Discordia, Vol. 5(1): 7-26.

(3) Lim, M. et al. (2016). The impact of pornography on gender-based violence, sexual health and well-being: what do we know? J Epidemiol Community Health, Vol. 70(1): 3-5)