PornEducation para el finde, ¿te atreves? (*) #PornEducationParaElFinde
Un nuevo artículo para leer y reflexionar el fin de semana.
Durante dos años consecutivos he tenido el placer de trabajar con un grupo de jóvenes mayores de 16 años, de un medio rural, en concreto del hermoso pueblo de Artajona en Navarra, muy conocido por su recinto amurallado, denominado Cerco de Artajona, que invito encarecidamente a visitar.

La experiencia ha sido organizada por la Concejalía de Igualdad del Ayuntamiento y por la Asociación de Mujeres “La Muralla”.
Dado que he tenido diferentes experiencias con jóvenes que viven en núcleos urbanos, parecería interesante ver si hay algunas diferencias significativas. Empero, no parece que sea así.
Mi impresión -porque de lo que se trata en este caso es de reflexiones basadas en impresiones, no de datos empíricos comprobados-es que presentan realidades similares en lo que respecta al interés por el sexo o la pornografía y otros muchos temas que tienen que ver con las conductas sexuales, particularmente los riesgos de salud, y su preocupación por determinadas prácticas sexuales concretas, que han visto a partir de las películas sexuales de Internet y hablado con los colegas.

En este grupo en concreto, observo que el consumo de la pornografía parece estar generalizado y que varios de ellos/as conocen perfectamente páginas webs, géneros y subgéneros del porno, incluso hablan de actores y actrices concretos, reconociéndolos con regocijo cuando salen en Televisión en programas de prime time. Jordi el Niño Polla (JNP) Nacho Vidal en actores y Apolonia La Piedra en actrices, son citados.
En las preguntas que realizan sobre las Películas Sexuales Pornoviolentas (PSP) (terminología que vengo proponiendo en lugar de pornografía violenta) tampoco observo notorias diferencias, sobresaliendo aquellas que giran en torno a la ficción/realidad, la adicción, así como de los efectos en la conducta sexual (sobre todo los chicos) o la utilización de la mujer como un objeto sexual (más presente en chicas).
Me preocupa esta insistencia de que “las películas porno son ficción”, “no tienen ningún efecto porque es una grabación” o “no son reales” …. Es decir, algo así como que son mentira. Sin embargo, discrepo de esta consideración, advirtiendo de los riesgos de mantener esa creencia, tal y como hemos analizado en estos dos artículos.
En mi opinión, reforzada por mi trabajo educativo en muy diferentes ámbitos, la generalización del consumo de porno es transversal y no distingue entre núcleos de población, sectores sociales o edades, si bien parece que las chicas se exponen menos por razones ideológicas: No les gusta como tratan a la mujer en este tipo de vídeos, sometidas a los hombres para darle placer a ellos y usando muchas veces la presión de diferentes maneras.
También es cierto que otras chicas consideran que es su libertad y que pueden hacer con su cuerpo lo que quieran.
No obstante, como hemos señalado en reiteradas ocasiones, a pesar de que ellas vean menos películas sexuales de esta índole, sufren las consecuencias de que ellos sí lo hagan más a menudo. Es muy probable que acaben en los brazos de un chico que tratará de imponerle las practicas que a él le excitan sobremanera.
Con todo, me parece oportuno destacar algunas consideraciones de interés, más bien reflexiones que comparto y que surgieron en los debates:
Prácticamente ninguno/a ha recibido en casa una educación sexual satisfactoria o excepcionalmente cuestiones de prevención. Tampoco en la escuela, ni el instituto, si bien algunos/as refieren haber participado en clases de biología, charlas sobre anticoncepción e, incluso, uno cita la visita a un centro de Planificación familiar.
- La creencia de que la oferta de las webs porno es ilimitada (que nunca te aburres porque hay millones y millones de vídeos) y que no tiene ninguna dificultad acceder a esas páginas (cuando quieran y a la hora que quieran, porque es gratis).

- Un chico advierte que es muy fácil “follar” en el porno y que, siempre, el actor consigue penetrar a la chica varias veces “por todos los agujeros” y que eso es difícil que ocurra en su realidad, tanto conseguirlo con esa facilidad, como que puedas estar tanto tiempo en erección o la chica con esos orgasmos explosivos con “eyaculación vaginal” (así la denominó).
Como contrapunto a esa “normalidad y facilidad del ligue sexual” otra chica añade que en las películas que ella ha visto, casi siempre el hombre presiona a la chica y que ella al final cede y que, tal circunstancia le “repateaba”.
- Hay un cierto acuerdo en que, si quieren aplicar lo que ven en el porno, generalmente eso no funciona en los ligues que tienen, a no ser que vayan borrachos o con “un puntito guay” (suponemos por haber tomado alguna sustancia estimulante) que suelen facilitar tener sexo, pero no siempre satisfactorio para ambos. Algunas chicas manifiestan su descontento por la obsesión por penetrar inmediatamente, nada más que el chico tiene erección.
Analizamos este hecho y la idea que más se repite, además del efecto porno, es el temor de los chicos a que se les baje, preocupación que comparten cuando se van a poner un preservativo. Además, nunca hablan de estas cosas con la pareja, especialmente si es un ligue nuevo.
Esta preocupación nos da pie para informar ampliamente de los riesgos del consumo de porno, en particular aquellos que tienen que ver con la erección y de la “ansiedad de ejecución”. El tamaño de los penes y las erecciones interminables de los actores provocan unas expectativas irrealizables en sus prácticas sexuales concretas. Mencionan el “gatillazo” fenómeno del que hablamos en unos de los artículos de este blog.

Aunque nadie lo dice, sospecho que algunos de ellos utilizan el alcohol o sustancias estimulantes, (incluido alguna píldora comprada en Internet) como elemento potenciador de la erección. En este sentido, les hago ver que no suele funcionar cuando hay esa obsesión por querer comportarse como el actor y que, cuanto más se empeñen, peor.
Probablemente este tipo de fracasos, en algunos de ellos, puedan incentivar el consumo de vídeos con contenidos sexuales y la evitación de relaciones con chicas reales.
- Tambien algunas chicas manifiestan esa presión por comportarse como una “loba sexual” (también hablan de ninfómana) lo que les lleva a fingir y exagerar los gestos y expresiones sexuales. “Es una exageración, puro teatro, lo que hacen las actrices porno” comentan.
- Otras chicas señalan la presión por penetrar analmente de algunas de sus parejas, achacándolo a las películas. Este punto ha sido analizado en estos dos artículos.
- Algunos chicos señalan que la realidad, con sus parejas, es frustrante porque no ocurre lo que ocurre en los vídeos. Cuando la pareja es estable, no suelen pedirle aquellas prácticas que le excitan sobremanera en las películas.
- La mayoría coincide en que no hay condones en los vídeos que ven.
- Constato que tienen una información sexual proveniente de Internet, no siempre científica y adecuada, que comparten en la pandilla (cuadrilla).
No hay ningún comentario o pregunta específica, acerca de otras conductas sexuales de carácter homosexual o transexual, si bien advertimos al principio de nuestra exposición que nos centraremos en los vídeos de carácter heterosexual, por acotar el objeto de estudio y por ser este género el que mejor conocemos.
Sirva estas consideraciones para tener una idea cercana a la realidad de ciertos grupos de jóvenes, que por otra parte les veo muy interesados por las fiestas, el consumo de alcohol y sustancias, así como por los vídeo juegos que siguen de la mano de los influencers más mediáticos. La verdad, es que estos aspectos son bastante preocupante.
¿Quieres saber que talleres ofrecemos a familias, profesionales y jóvenes? Visita el apartado de formación en esta web. Este en concreto es el dirigido a las familias.
(*) PornEducation para el finde, ¿te atreves?, es una nueva propuesta, una más, a modo de campaña de sensibilización, que quiere ofrecer contenidos formativos por medio de artículos de divulgación, sobre sexualidad, educación sexual y pornografía, que se publicaran en este blog cada viernes, para leerlos y comentarlos el fin de semana con tranquilidad, con el hashtag: #PornEducationParaElFinde