Imagen de portada Marcello Rabozzi en Pixabay
Nota previa
Tengo el placer de comunicarte que recientemente he sido nombrado Profesor colaborador honorífico por parte de la UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS, para impartir el PRIMER curso universitario que se hace en España y Latinoamérica sobre pornografía y educación sexual. (Aquí tienes más información sobre esta iniciativa pionera) Un título propio de Experto Universitario de este centro académico. Todo un maravilloso desafío. Un sueño conseguido.

Vamos a la publicación
Publico este post en mi web, porque publicarlo en las RRSS supone un gran riesgo de que me vuelvan a censurar y, lo peor, que me cierren la cuenta como me ha ocurrido en Twitter y en Instagram, perdiendo todos mis seguidores -con el esfuerzo que conlleva mantenerla- hecho lamentable e inaceptable pero real. La censura sexual sigue vigente. Lo que hago hoy es, lo reconozco, una autocensura nítida, de libro. Pero es lo que hay.
Pues bien, ahí va.
Hace algún tiempo recibía un tuit de una colega sexóloga que me causó gran impacto porque era un caso evidente de lo que vengo denominando generación de #niñosyniñaspornograficos. El texto, que venía precedido por la información relativa al desarrollo de un taller de educación sexual en la cárcel de Palma de Mallorca, decía lo siguiente:

Sin embargo, en la segunda parte de la publicación se decía:
En realidad, el taller había sido impartido en un Instituto de Educación Secundaria. Y la firmaba Toni Miralles Alemany (@bolivarian_style)
Esta es una realidad que una parte importante de la sociedad no quiere reconocer, consecuencia directa de un aprendizaje de los hechos y conductas sexuales a partir del porno violento y en ausencia de una educación sexual profesional y científica.
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