En un artículo anterior, (clica aquí si quieres leerlo) vimos algunos aspectos relativos a las agresiones sexuales a niños y niñas destacando aquellos que consideraba de interés tales como su incidencia o sus diferentes implicaciones. Ahora procede a hablar de la otra parte de la ecuación: el consumo de Películas Sexuales Pornoviolentas (PSP) de carácter incestuoso.
La dura realidad
Había previsto incluir en estos dos artículos diferentes pruebas fotográficas de todo cuando digo, en particular de las portadas y carátulas de vídeos porno de esta categoría. Como ya tengo “experiencia” de ello -con la prohibición por parte de Amazon, en diciembre de 2020, de mi libro Niños(y niñas)pornográficos, la suspensión de mi cuenta de Twitter con 18k, suspensión de mi cuenta de Instagram con 5k, o de otras censuras de las que he sido objeto por la red profesional Linkedin, por estudiar un atisbo de las alcantarillas de las que hablábamos en la anterior entrega, y compartir mis reflexiones a ese respecto- antes de hacer una incursión en este submundo, decidí consultar con especialistas.
Y estos expertos me han aconsejado que no lo haga, so pena de ser denunciado por pornógrafo y corrupción de menores. Dado que se considera que cualquier vídeo pornográfico que tenga por protagonista a una niña/o es ilegal, lo divulgue o publique quien sea, ni siquiera la foto de la portada que lo publicita cualquiera web porno, a las que, sin embargo, puede acceder quien quiera con total libertad porque es pública y gratuita, circunstancia cuando menos paradójica.
La ley recoge que si se trata de una menor, es ilegal compartirlo, mostrarlo, publicarlo, referenciarlo o incluso buscarlo. Es más, aunque haya una intencionalidad de estudio, académica, de divulgación… es denunciable y se te puede caer el pelo.
Entiendo que, si la Dirección General de Tráfico quiere incidir e influir en los conductores para que tomen conciencia de los riesgos que comporta manejar automóviles con unas copas de más, y con el fin de evitar muertes y lesiones graves de por vida, utilice spots televisivos realistas en donde se visualicen de manera explícita las consecuencias de un accidente, por ejemplo, utilizando los resortes emocionales que comportan las imágenes de cuerpos ensangrentados esparcidos por la carretera.
Empero, en los vídeos porno, no se puede hacer. Aun cuando hay portadas con la cara de niñas y menores o de chicas aniñadas, y en cuyo interior las observamos ejerciendo de actrices porno forzadas y violadas, esas imágenes del rostro de la chica, prueba evidente del hecho delictivo, no se pueden mostrar.
Desde mi perspectiva, resulta un contrasentido esta situación ya que vengo proponiendo, como criterio educativo, a familias, profesionales y jóvenes que los menores rechacen categóricamente cualquier tipo de película sexual pornoviolenta y, claro, cuando me preguntan ¿Cómo puedo saber si es violenta? Yo les digo, el título y la portada ya nos puede dar información de su rechazo, sin necesidad de entrar a visionarla.
Y en todo caso, la pregunta del millón: ¿Por qué siguen ahí?¿Cómo es posible que los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado no estén a diario persiguiendo y denunciando esos vídeos que están al alcance de cualquiera? Y, si lo hacen, ¿Cuáles son los resultados?
Mucho me temo que dicho empeño es, por ahora, imposible, de ahí mi insistencia en la formación de las familias y profesionales para hacer una buena educación sexual con los niños y niñas.
Emociones y porno
Estoy seguro de que el impacto emocional y la repugnancia que producen algunas de estas imágenes de las portadas -solo las portadas ha de quedar esto claro- que las promocionan, podría tener una utilidad real que sirviera como revulsivo para no verlas, pero ello no es factible.
Desde la Psicología sabemos de la relevancia de las emociones y de su presencia omnipresente en nuestra vida cotidiana. Con la emoción se llega directamente al otro/a a través de las áreas cerebrales encargadas de gestionar ese mundo apasionante, vinculadas a la empatía y a la compasión por ejemplo. Otros hablan alegóricamente del “corazón”, pero no, están en nuestro cerebro.
Como botón de muestra, decir que las emociones son las protagonistas de muchos programas de TV, en donde se manipulan e instrumentalizan, frivolizando vilmente con ellas por muchos miles de euros que se reparten unos/as y otros/as, porque de lo que se trata realmente es de provocar, como sea, que las personas se emocionen y se rompan, expresándolo en lloros amargos, porque eso eleva el share, lo único que parece importar. O esos/as coach a los que se salta la lágrima fácil. Algunos spots publicitarios utilizan este mecanismo de manera maquiavélica.
Y las películas sexuales, sean violentas o no, juegan con notoria ventaja, todo hay que decirlo, con las emociones y las motivaciones humanas más primarias. De ahí su éxito. Y su poder de influencia en las actitudes y los comportamientos futuros, hecho por otra parte bien evidente. Pero su exposición habitual puede tener diferentes costes, como por ejemplo que un consumo abusivo de porno violento distorsiona la sexualidad, dimensión humana esencialmente positiva y saludable, hurtándole su maravillosa capacidad afectiva y empática.

Muchas veces me han preguntado, ¿Cómo es posible que haya hombres que se excitan con la violación de una niña? ¿Si fuera su hija, su nieta, su sobrina? Pregunta compleja, en cuya explicación intervienen muy diferentes variables -que el sistema clasificatorio internacional de trastornos de la conducta sexual (DSM-V) para profesionales deja claro- pero es obvio que estas películas de contenidos violentos infantiles generan excitación a algunos hombres y rechazo incondicional a otros muchos, en función del filtro cerebral de nuestro córtex que se utilice a tal fin y del modo en que se gestione esa exposición.
En nuestros libros TUS HIJOS VEN PORNO 1 y 2 hablamos ampliamente de las agresiones sexuales y su etiología. Ciertamente siempre han existido los abusos sexuales, porque también están relacionados con la desigualdad y el ejercicio del poder. Sin embargo mostrar videos gratuitos y accesibles sin control, en un entorno social hipersexualizado de modo omnipresente, es una característica de nuestra sociedad actual, hecho que, en mi opinión, los favorece.
En cualquier caso hay que subrayar que, al igual que ese vínculo entre violencia y sexualidad se aprende, así mismo puede desaprenderse. La adicción al sexo y sus efectos perniciosos en la salud pueden afrontarse exitosamente en manos de profesionales de la Psicología expertos en esa área. De manera que si alguien tiene este tipo de fantasías sexuales donde la violencia y los menores van de la mano o se excita con este tipo de materiales, en mi opinión, debería hablarlo con un profesional.
Pornografía infantil.
Lo cierto es que la realidad es terca: a pesar de la penalización de la pornografía infantil, esta sigue su crecimiento imparable, porque su producción y distribución en Internet carece de control alguno. Es una barra libre que ofrecen millones de portales en la red. No me cabe duda de que, seguramente, sea muy difícil regularla y en todo caso las grandes productoras y distribuidoras son extranjeras, algunas quizá domiciliadas en “paraísos legales”. No obstante, parece razonable considerar que si hubiera “voluntad política” se haría, como hemos advertido en otros artículos de este blog.
En mi afán formativo en este área, publicábamos una serie de artículos en los que hablaba de las implicaciones legales de la pornografía. (Clica aquí si quieres leerlos). Las redadas policiales contra la pedofilia y pederastia podrían ser comparables a las que se hacen contra las drogas: indican la gravedad del problema, pero entiendo que están muy lejos de controlar las causas estructurales del mismo. Los delincuentes buscan nuevas formas de circunvalar la ley, máxime cuando esta les trata casi amigablemente.
Además, hay otras razones, en la medida en que las propias webs porno tienen que ofrecer nuevas películas sexuales pornoviolentas a los adictos y consumidores que cada vez van a necesitar “estímulos más duros y agresivos”, toda vez que, para captar nuevos clientes, que naveguen el mayor tiempo posible por su página -porque ese es la esencia de su negocio, comprar nuestro tiempo y nuestra atención que se monetiza- deben ampliar su oferta en el generoso catálogo disponible, de modo y manera que el que entre a ver sus vídeos, se quede el mayor tiempo posible, a tenor de que esa es su fuente de dividendos, resultando evidente que la adicción es el objetivo más preciado.
La publicidad “da de comer” a todos los medios de comunicación y también a lo que está alrededor de Internet, incluido Google y las grandes plataformas, con numerosas estrategias y procedimientos exitosos. Destaco ahora la multitud de aprendices de influencers que tienen a su disposición, generando contenidos, verdaderos peones del tablero que trabajan gratis, que captan y retienen usuarios con el anhelo de algún día vivir de ello, anhelo digo porque, a la postre, es un privilegio reservado solo a unos pocos/as.

En fin, prosigamos nuestra andadura subrayando que nadie, con un poco de rigor, duda del poder adictivo de la pornografía. Sin embargo, también hay “grados”, que se van presentando a lo largo de todo el proceso y que podría ser uno de los últimos eslabones de la cadena.
El consumo de pornografía infantil y especialmente la violenta, cabe compararlo como el “enganche” a las llamadas popularmente “drogas duras”, incluso considerar la posibilidad de que su prohibición y las leves penas asociadas a saltarse la ley, puede estimular su consumo en algunos hombres. El sexo prohibido parece tener un atractivo especial en determinadas personas. La historia no hace más que evidenciarlo.
Vayamos al meollo de la cuestión y de su gravedad: hay una extraordinaria oferta de vídeos pornográficos donde la actriz porno es una menor y otros muchos en los que tiene la apariencia de una menor , a menudo con coletas y vestida de colegia, que es violada sin miramientos, a pesar de que en algunos films pueda aparentar que le gusta, lo que aumenta el grado de perversidad del modelo de conducta sexual que exhibe. “A las niñas, vienen a decirnos estas películas, les gusta que las violen”. Mensaje terrible y malvado que reciben quienes los visionan.
Y todo ello gratis y a disposición de cualquiera. En abierto, sin entrar en la Dark Web, territorio al que hay quienes aconsejan ni siquiera entrar. O quizá eso es un acicate para hacerlo.
Consiguientemente, esta, y no otra, es la cuestión más relevante que debería abordarse sin la menor dilación: la disponibilidad absoluta para quien quiera visualizar estas cintas, algunas de ellas terribles, incluidos menores y jóvenes.
Por todo ello vengo proponiendo desde hace un montón de años, hasta quedarme ronco, la necesidad de incorporar programas sistemáticos y amplios de prevención en educación sexual, tanto en la familia y en los centros de enseñanza, como prioridad y complemento a otras medidas penales y de rehabilitación, si queremos resolver este problema complejo y difícil como pocos.
La otra realidad
En consecuencia y dado que no puedo mostrar ninguna imagen, te propongo que seas tú el/la que lo compruebes, visitando alguna de las webs que te indico más abajo, porque esos vídeos donde se aprecia con claridad violaciones a menores, con portadas de su protagonista niña o menor -a pesar de que algunos presentan a la niña protagonista implicada activamente y aparentemente sin ser forzada- siguen ahí en esos sites, siendo vistos a diario por millones de personas, ya que están a disposición de cualquiera que quiera verlos. Los datos relativos al número de vistas son esclarecedores.
Cotejar esta realidad es la mejor manera de darse cuenta del alcance de lo que venimos diciendo desde hace muchos años. Son los sesos esparcidos por la carretera del spot del accidente de tráfico, siguiendo con el ejemplo anterior, que la DGT nos invita a ver para tomar conciencia real del problema. “Esto es lo que pasa, no lo edulcores”.
Por tanto, frente a este contexto legal, tenemos otro bien distinto: miles de webs porno que tienen diferentes vídeos, millones de ellos probablemente, cuya protagonista de la portada es claramente una niña, portales a los que puede acceder cualquier menor, joven, adulto, gratuitamente y sin ningún control y poder verlos a cualquier hora del día o de la noche, ya que los ofertan en su parrilla, excitándose y masturbándose con ellos.
En el libro Los costes sociales de la pornografía, de James R. Stonnes, se señala una estimación que hace The Economist: Hay entre 700 y 800 millones de webs pornográficas en el mundo. Si en cada una de estas webs suponemos que habría en torno a los 10.000.000 de vídeos promedio, la multiplicación ofrece resultados estratosféricos.

Pero no solo en los portales estrictamente porno. La pornografía está completamente normalizada, presente en las redes sociales directamente o a través de links que te llevan en un clic a miles de webs porno, es protagonista en vídeo juegos, en plataformas como Twitch, en el discurso de influencers , youtuber o streamer de todo tipo y pelaje, o lugares donde recalen jóvenes, sin contar otras como Onlyfans, que son las nuevas modalidades donde la industria extiende sus tentáculos como inversión a largo plazo, garantizándose los ingresos a futuro.
Pero independientemente de la veracidad o no de esos datos, lo cierto es que estamos hablando de vídeos, y lo repito, donde se viola a una menor, ya que no hay consentimiento en ningún caso, ni cabe plantearse que exista esa posibilidad. Es menor y es delito. Y punto. La crudeza de algunos vídeos con chicas claramente menores es notoria. Algunos de ellos sobrecogen por su realismo lo que nos lleva a plantearnos: ¿Cómo es posible que puedan estar ahí al alcance de cualquiera?
No voy a entrar en el debate cansino, absurdo e intencionado, de que estos vídeos son ficción, es decir, mentira, que no pasa nada por verlos, argumento vendido hábilmente por la propia industria, porque tal cosa es una falacia. No es cierto, tal y como lo he analizado aquí.
Las películas sexuales tienen la particularidad de la que carecen el resto de cintas de cualesquiera otra temática: esas imágenes excitan sobremanera e inducen a prácticas sexuales que provocan placer, adquiriendo una significación muy especial cuando son reiteradas. La búsqueda del placer sexual es una motivación humana poderosa como muy pocas y el refuerzo natural más antiguo e importante en nuestra especie.
Pero bien, esa es la cruda realidad y denunciar esto te puede costar caro. Consiguientemente, si quieres comprobar lo que te digo, entra por ejemplo en algunas de las web que indico más abajo y busca -como botón de muestra ya que nos referimos al ámbito familiar de los abusos- los términos: violaciones, nietas, hijastras, sobrinas, abuelos, padrastros, virgen, teen, hija, niña… o vocabulario similar, con combinaciones infinitas entre todas ellas, si bien son predominantes las palabras en femenino.
Este léxico tiene una carga emocional extraordinaria y también puede convertirse en un estigma que genere dolor y sufrimiento. Por ejemplo el abuelo solícito y cariñoso, se convierte en un depredador sexual con sus nietas, lo que puede promover una imagen de depravado u atribuciones patológicas nada gratas o cuando menos promotoras de confusión.
Que es una realidad lo prueba el hecho, no solo de las denuncias y sentencias, sino de la frecuencia con la que aparecen en los medios de comunicación este tipo de noticias.




También los padrastros son un fenómeno común. Un caso que a mi me resulta muy significativo, por cuanto utiliza pornografía sofisticada, a demanda, para excitarse, es el siguiente:
Un padrastro violaba constantemente a su hijastra de 7 años, hasta el punto de que llegó a requerir material pornográfico a medida, para incrementar la excitación que suponemos la costumbre de la agresión, iba disminuyendo. Ni corto ni perezoso encargó a una prostituta material “especial” con el siguiente mensaje:
“Estoy muy caliente por una nena de 7 años, ya me la chupó y me masturbó pero no pude más, quiero que te hagas pasar por ella”. Fue sólo el primero de una serie de mensajes en los que esa noche T.V. le contó a la joven que violaba sistemáticamente a su hijastra de 7 años. Hasta le confesó que la menor estaba ahí con él y le preguntó si no había problema en que se quedara a observar la videollamada." incluso llegó a decirle que "Pago doble por esta fantasía”.
Se da la circunstancia de que la madre de la menor, conocía y consentía estas agresiones sexuales.

Algunos portales porno
Te propongo, pues, (y evito el enlace directo, para que lo hagas tú) que entres en alguna de estas páginas webs pornográficas, incluso que utilices una de ellas como buscador (www.nudevista.com) de cualquier término de los indicados. No siempre coincide el título con el contenido, ya que a veces la niña de la portada luego es otra chica, pero eso forma parte del entramado opaco de la industria porno. En la web https://theporndude.com/es tienes un amplio listado de páginas web pornográficas.
Algunas de las páginas más conocidas son: www.xvideos.com; www.youjizz.com; www.xnxx.com; www.pornhub.com; www.porn.com; www.xHamster o https://beeg.com/ Puedes probar con algunas de ellas, las dos primeras son bien “duras” y te aseguro que algunas imágenes impactan a cualquier persona con un mínimo de sensibilidad.
Ciertas webs como www.tube8.com, hecho que hay que destacar y aplaudir, advierten que la búsqueda de algunas de esas palabras “podría ser de material sexual ilegal y abusivo, donde los niños han sufrido daños. No cruce la línea de la pornografía legal para adultos a las imágenes ilegales”.
Visitemos una web porno
Con el propósito de compartir una minúscula muestra de lo que trato de decir, he analizado UNA, solo una, de las más conocidas. En concreto el día 17-12-2021 el acceso a dicha página informaba de 10.167.286 vídeos con sus correspondientes géneros, subgéneros, modalidades, categorías y subcategorías, según la denominación que se quiera utilizar, en las que se expanden de manera casi infinita.

A modo de ejemplo, la búsqueda de violaciones, nos da 64. 494 resultados para violaciones reales. Obsérvese la palabra real añadida sin ningún pudor como gancho para que se visione. Es sabido que este tipo de vídeos son los que mayores visitas obtienen, hecho que, por sí solo, debería ser motivo de análisis serio y riguroso.

Si buscamos forzadas obtenemos igualmente varias decenas de miles de resultados (81.598 con viejos), inclusive con categorías como japonesas o madres.

Hemos hecho algunas búsquedas, de las que seleccionamos únicamente cuatro para no extendernos en demasía y, en todo caso, creo que es un indicador suficientemente significativo para señalar el verdadero problema de este consumo: niñas y nenas, hijastras, violador y abuelos con nietas.
Tenemos en cuenta únicamente los que aparecen en la primera página de cada subgénero, apuntando el número de vídeos que están asociados al término seleccionado, las búsquedas relacionadas, algunos títulos y el número de visitas que tienen en ese momento de la consulta.
Niñas y nenas
La terminología que comprende niñas, nenas, chicas, teen… lamentablemente pulula por muchas webs sin ningún tipo de control, siendo un apartado sumamente generoso en títulos.

A modo de ejemplo, el término niña genera una enorme cantidad de páginas.
La referencia a 18 años es imposible de valorar en muchos de los films que he visto. Debajo de ese criterio, hay mujeres maduras, chicas aniñadas, niñas claramente y otras con dificultad para valorar la edad, tarea imposible por otra parte, pero así mismo ambigüedad con la que se juega, no cabe duda, intencionadamente.
Si buscamos “teen“, muy frecuente en las webs porno, nos encontramos con un amplísimo número de categorías para todos los gustos, destacando las “amateur teen” y “teen big tits“

Nenas chiquitas es un género que comprende 25.946 vídeos y 61.563 si añadimos el calificativo putas. El portal te propone las búsquedas relacionadas: pederastia colegial, menina inocente, hijita pequeña, viejos con nenas, chiquitas putas, nenitas tiernas, nenas muy pendejas o nenas con viejos…

En esta primera página destacamos en concreto algunos títulos, con el número de veces que han sido vistos, son: Jovencita cachonda (1,2M vistas), Joven adolescente española de 18 años facilitada por su hermanastro negro (2,5 M), Anal a la chiquita (61,6 K), Chiquita lo mama bien rico (55,1), Flaquita tica y chiquita cogida en su camita (419,9K), Hermosa nena (154,8IK) Jugando con el coño de mi prima mientras ve porno mira como lo tiene (4,1M), Penetrando a mi amiga chiquita (15,3K)
Hijastras
Hijastras es otra subcategoría que tiene 12.643resultados. Con sugerencias a búsquedas relacionadas como: hijastra real, me cojo a mi hijastra, sexo con mi padrastro, cogiendo hijastra teen…

Podemos ampliar la búsqueda a sobrinas y tambien encontramos un amplio abanico de categorías relacionadas.

En el caso se hijastras, algunos títulos y el número de vistas son, por ejemplo: Hijastra despierta a padrastro (774,9K vistas) Comer hijastra de 18 años (1,2M), Mi hijastra llega tarde de una fiesta y me pide que me acueste con ella y.. (706,1K) Hijastra cogida antes y después de la escuela (2,8M), Padrastro culea a hijastra a cambio de un celular (674,6K), Hijastra tiene sexo romántico con su padrastro (304,4K vistas)
Violador
Como he dicho reiteradas veces la violencia y la sexualidad van de la mano en un sinfín de películas sexuales pornoviolentas (PSP). En la práctica totalidad de los casos son hombres , si bien hay algunos títulos o contenidos en los que ese rol lo tiene la mujer. Muchas de las victimas de esa violencia suelen ser niñas, menores o con apariencia de menores y, como se ha advertido, vestidas de colegialas o portando un cabás con sus lápices.
Violador es otra subcategoría que tiene varias decenas de miles de vídeos (de los cuales 111.206 únicamente referidos a el violador) con búsquedas relacionadas tales como: Atada y follada, ladrones violadores, profesor alumna violador, el violador de la red, violador insaciable, estupro, el violador anal….

Entre los títulos, con las correspondientes vistas, destacamos: El violador insaciable (1) (2) (3), con varias partes a modo de serie y millones de visitas en cada una de ellas, Violadores anales (181,3K vistas), Perseguida (2,4M), Mujer inocente sufre de abuso sexual casero (3,1M), (Negreo violador de blancas (559,5K) El violador eres tú (97K) El fantasma violador acosado (919,3 K) Violadores de pechos enormes (317 K) Zorro violador mexicano (22,8 K) o Monstruo violador (563.529K)
Abuelos con nietas.
El término abuelo (al igual que el de padre, hermano, padrastro, tío…) es frecuente encontrarlo en estos géneros que tienen que ver con el incesto.

Si elegimos Abuelos con nietas, obtenemos 265.034, que es un clásico de la categoría de vídeos que tienen que ver con las relaciones sexuales intrafamiliares. Como se puede apreciar, la página sugiere las siguientes búsquedas: sexo con mi abuelo, viejos con nenas, abuelos y nietas, abuelo follando a su nieta, abuelo desvirgando a su nieta, abuelas y nietos…

Algunos de los títulos y las vistas correspondientes son las siguientes: (destacando los títulos que tienen que ver con: El abuelo se folla a su nieta que aún no tiene experiencia): La abuela y el abuelo llevan a su nieta a dar un paseo (609,9K vistas), Viejo follando con su nieta (341,3), Mi astuto abuelo pervertido me folla (511,2 K), Abuelo cachondo engaña a su nieta (643K), El abuelo le come el coño a su sobrina (1,7 M), El abuelo le muestra a la nieta como follar bien (128,3K).
Conclusiones finales
Ya acabamos, no sin antes advertir de que esto es solo un simple ejemplo de lo que hay en esas webs, a las que, repetimos, acceden adultos y menores sin control, a diario, y sin una educación sexual adecuada, que pudiera servir de contrapeso a esos aprendizajes, contrarrestando así sus efectos.
Y, no nos engañemos, este negocio seguirán existiendo y creciendo durante muchos años, razón por la que la capacitación de niños y niñas en educación sexual, es una necesidad prioritaria. Tal vez el único recurso para hacerle la competencia a las PSP.
En todo caso considero que hacen falta investigaciones científicas específicas sobre estos extremos, si bien no es fácil llevarlas a cabo, por la falta de financiación y por la dificultad y complejidad de esta temática.
Teniendo en cuenta que el consumo de porno violento es una de las referencias educativas importantes, y único modelo de conducta sexual, de amplios grupos de menores y jóvenes, actividad a la que dedican una parte importante de su tiempo -masturbándose y obteniendo placer viendo esas imágenes, lo que les confiere un valor erótico y un significado extraordinario- parece razonable considerar los riesgos que podría suponer para su vida sexual y afectiva en el futuro, riesgos a los que me he referido en numerosas ocasiones.

Excitarse con frecuencia, obteniendo placer sexual a través de la masturbación u otras prácticas eróticas, mientras observas imágenes de violencia sexual explícita, ejercida contra niñas/os, podría tener riesgos importantes para la salud sexual y afectiva de quienes lo visionan, más aún si son menores.
En mi opinión, excitarse frecuentemente, desde pronto, con materiales pornográficos violentos que tienen protagonistas infantiles, puede tener riesgos para el futuro sexual, afectivo y emocional de quien lo hace, ya que erotizar no solo la violencia asociada a los deseos y prácticas sexuales , sino también a la persona – en este caso una menor- a la que se inviste de una significación erótica.
Si ese visionado se ha producido simultáneamente, siendo a la vez víctima de abuso sexual, puede complejificar aun más el proceso, abriendo la puerta a conductas pedofílicas y de pederastia más adelante. Sabemos que las características de la primeras experiencias eróticas parecen ejercer, en particular aquellas que han tenido algún tipo de gratificación placentera, una impronta en las siguientes.
Consumiendo este tipo de vídeos, además, se legitima una de las mayores y más vergonzantes lacras de la especie humana: violar a sus pequeños y pequeñas más vulnerables, conducta excepcional en alguna especie animal, pero que no tiene la capacidad de decidir libremente, condición exclusiva de la especie humana.
Que cada cual establezca sus conclusiones, pero no me digan que no es para preocuparse.
Muchos padres y madres no son conscientes de la necesidad de hablar con sus hijos e hijas de todas estas cuestiones que tienen que ver con la sexualidad y la pornografía cuantos antes, agobiados por preguntas de este tipo: ¿Qué decirles? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿De qué hablarles? ¿Cuántas veces? ¿Y si no preguntan? etc. lo que conlleva a abandonar el diálogo. En mi programa TUS HIJOS VEN PORNO, explico todo ello con amplitud y subrayo las consecuencias de repetir el bucle del silencio de generación tras generación, así como la necesidad de formarse y actualizar sus conocimientos.
Nota final.
En nuestro libro TUS HIJOS VEN PORNO 2 proponemos un programa concreto de abordaje de la sexualidad y la pornografía en la familia, con diferentes temas, ejercicios, recursos educativos…referidos a las agresiones y abusos sexuales a menores, siendo un elemento central de todo mi trabajo: La sexualidad y la violencia están en las antípodas. No hay ninguna justificación científica ni ética que avale su maridaje.
La foto (modificada) de este artículo es de Alycia Fung en Pexels