Un nuevo “Taller para madres y padres vergonzosos en una zona rural”

Este fin de semana pasado, he tenido la oportunidad de impartir uno de mis talleres para madres y padres vergonzosos, aquellos que les da corte hablar con sus hijos/as de cuestiones que tienen que ver con el consumo de pornografía, la sexualidad y… de otros temas vinculados estrechamente como masturbación, relaciones sexuales, deseo sexual, orientación sexual…La experiencia ha sido muy gratificante y satisfactoria.

Las organizadoras, la Asociación de Mujeres del Valle de Ollo (MUVAO), un grupo de mujeres jóvenes, inquietas y muy activas que trabajan con enorme tesón por llevar a esas zonas, un tanto abandonas, todo lo que tenga que ver con la cultura y los conocimientos diversos en salud, educación etc. A decir verdad, da la impresión de que tienen una excelente respuesta en lo que se refiere a participación, máxime en los tiempos que corren como señalábamos aquí. El pueblo, situado en una ladera con gran vegetación, muy bonito, se llama Eguillor. El día precioso, que se sumó a la reunión, acompañándonos con un sol espléndido en un noviembre sorprendente.

Es la segunda vez que colaboro con esta asociación. La primera tuvo un carácter de sensibilización acerca de la problemática del consumo de pornografía violenta en menores y jóvenes y parece que dió sus frutos. Este problema no se resuelve con una charlita para salir del paso. La pornografía es un fenómeno complejo que tiene una implicaciones muy destacadas que es preciso conocer para poder luego hablar de ello.

Como señalaba en este taller, porque un chaval o chavala sepa lo que es un preservativo, no significa en modo alguno que lo use sistemáticamente y de manera responsable. Se requiere un proceso de toma de conciencia sobre esa conducta. Este ejemplo nos sirve para extrapolarlo al consumo de pornografía en menores. Estamos hablando de una no sustancia, con un poder adictivo impresionante que es consumida sin ningún control por nuestros menores y jóvenes, con un cerebro en construcción, excitados y sintiendo placer intenso cuando lo visionan durante cientos incluso miles de horas.

El poder de las pantallas

Observo una enorme necesidad por parte de parejas jóvenes con hijos/as menores, por conocer la realidad del consumo de pornografía, el impacto de las pantallas, los vídeo juegos, las RRSS o los influencers. Muchas preguntas en tono a estos cambios tan espectaculares que ha provocado la generalización del acceso a Internet.

De las personas que acudieron a esta iniciativa formativa (no sabemos qué piensan aquellas que no se inscriben), al igual, que en otros grupos de trabajo realizados, doy fe de su preocupación sincera por dar respuesta a los cambios espectaculares que ha generado el acceso generalizado a Internet desde hace un par de décadas. Es cierto que algunos se encuentran desubicados, con el paso cambiado, pero la gran mayoría, enormemente preocupados por la rapidez con que se desarrolla la tecnología y por el creciente interés de sus hijos/as en tener un móvil como el resto de sus amigos/as.

Una presión insoportable con la que es difícil lidiar, por lo que al final acaban sucumbiendo comprándole un dispositivo inteligente, sin que una buena parte de ellos, lo acompañen de los conocimientos necesarios para gestionar un uso responsable. La precocidad aquí tambien es una constante, que incluye las RRSS, los influencers, los videojuegos o cualquier plataforma de entretenimiento, además de las películas de contenido sexual. Sin embargo creo que hay que poner límites y de esos límites hablamos igualmente en este taller. Y de contrarrestar ese poderoso influjo que nos invade porque hay razones económicas muy relevantes para ello e ideológicas porque pretenden crear adictos, consumidores compulsivos, sin pensamiento crítico, como hablábamos aquí en varias entregas de este blog.

No se puede dejar las llaves de un deportivo de F1 a un menor y decirle, anda condúcelo. Por tanto, la preparación de padres para luego capacitar a sus hijos/as, parece una conclusión razonable y necesaria en estos tiempos. Y prioritaria.

Una conclusión de este taller

Cada generación tiene sus características particulares. Retos específicos que tienen que afrontar, por tanto no es nada nuevo. Sin embargo, me atrevo a señalar que la generación actual se enfrenta a una novedad extraordinaria: consumo frecuente y generalizado de pornografía violenta, gratis, a cualquier hora, con millones de vídeos a su disposición.  Barra libre sin control alguno.

Cualquier niño/a con acceso a Internet se va a topar con el porno, en su mayoría con diferentes dosis de violencia. Sí o sí.

Algunos expertos estiman que el porno tiene un poder adictivo mayor que la cocaína. Yo tambien lo creo, toda ves que es mucho más fácil consumirlo y, sobre todo que excita y da placer sexual. Su poder está generando cambios en las prácticas sexuales de nuestros jóvenes, comoya he advertido en otros artículos de este blog.

Las más perjudicadas son las chicas, que son las que se comen el marrón. Por eso hablo de una generación de niños y niñas pornográficos que van a sufrir enormemente en su futuro afectivo y sexual. El asunto es muy serio. Tenemos que decidir quien educa a nuestros niños y niñas: o el porno o nosotros. Ese y no otro, es el dilema que tenemos que responder ya. Un desafío al que se enfrentan los padres y madres responsables, en los próximos años.

Si quieres saber en qué consisten estos talleres, clica aquí.

Si quieres saber con qué asociaciones y entidades colaboramos en la impartición de actividades formativas tales como talleres y cursos de formación, clica aquí.

Scroll al inicio