Una iniciativa de formación en una zona rural

El sábado pasado tuve el placer de impartir una conferencia en un precioso pueblo, llamado Eguillor, situado en el no menos hermoso Valle de Ollo. La actividad formativa estuvo organizada por un inquieto y activo grupo de mujeres jóvenes del Valle que se llama MUVAO.

El título ya revelaba en contenido de la charla: consumo de porno en la infancia y en la adolescencia, tema que, por fortuna, está siendo objeto de una mayor atención por parte de diferentes colectivos vinculados a familias y profesionales de la educación. Muy despacio, pero se va avanzando. Curiosamente el interés parece más creciente en zonas no urbanas y en poblaciones no muy grandes, como he señalado en otras reseñas de este blog, en las que doy cuenta de estos eventos.

Pues bien, al igual que en otras muchas actividades de esta naturaleza, el coloquio fue de lo más interesante y, como es usual, sobresalían las cuestiones que tienen que ver con el cómo hay que hablar a los hijos/as de pornografía, una vez que se ha asumido de que HAY QUE HACERLO.

A menudo, advierten que, “Si a mí nadie me enseñó, ¿Cómo voy a saber hacerlo bien?” para inmediatamente después cuestionen: ¿Cuándo hay que llevarlo a cabo? ¿Quién tiene que hacerlo? ¿De qué hay que hablar? ¿Qué tengo que decirle? ¿Cómo tengo que hacerlo?…

En otros artículos ya hemos hablado de todo ello y en los libros del programa TUS HIJOS VEN PORNO no detenemos con amplitud en las respuestas a esas preguntas absolutamente generalizadas.

Pero hoy quiero detenerme solo en un aspecto que tuvo un mayor interés en el debate y que hace referencia a la ficción o realidad del porno, tema recurrente como pocos, que he abordado en dos artículos porque me parece de crucial interés, artículos que te invito a leer.  

Se trata de una controversia, de honda trascendencia para la salud de nuestros menores y jóvenes, que es preciso conocer porque hay demasiada información interesada y falaz.

Está muy extendida la idea, promovida por la propia industria y los adictos, de que el porno es ficción y, en consecuencia, es mentira. Que no tiene influencia alguna en los espectadores jóvenes y mucho menos en los adultos.

El término de ficción, en este caso, tiende a asociarse a falsedad o triquiñuela. Algo así como que es una tontería que no tiene trascendencia alguna. “Cosas de niños”, “No hay que darle más importancia”, ” Es como una película de Superman“…nos han comentado algunos padres tolerantes con el consumo de pornografía de sus hijos.

Este debate, cansino, lo he mantenido durante muchos años, defendiendo que es un error pensar de ese modo, porque en definitiva lo importante que los menores y los jóvenes se lo creen. Utilizar este término para “blanquear” el porno o minimizar sus efectos, no es recomendable.

Si un anuncio en TV de 20 segundos influye decisivamente en las conductas de los/as telespectadores, ¿Cómo no va a influir ver cientos de películas sexuales (incluso miles) otras tantas veces, excitados y obteniendo placer sexual al visionarlos?

Por cierto, en estos días he visto en TV un anuncio de una bebida de cola muy conocida, que utiliza los videojuegos y los jóvenes como excusa para publicitarse, subrayando la importancia de las emociones y afirmando: SI PUEDES SENTIRLO, ES REAL. Real Magic lo llaman.

Cuando lo veía pensaba en plan de broma ¡Qué cabrones me han copiado la idea! En realidad es sabido la utilización de las emociones en la publicidad para engatusar a los telespectadores, pero la idea de que “si puedes sentirlo es real”, me parece de una finura maquiavélica en el diseño del anuncio a destacar, si bien este fenómeno ya lo he señalado a propósito de la vivencia de los menores al ver pornografía.

A los que dicen que el porno es ficción, como en una película de Superman, habría que preguntarle si se excitan cuando este héroe vuela y si se masturban cuando ve en la pantalla que le da unos cuantos sopapos al malo.

El porno excita, porque está hecho para eso, para excitar. Pan comido por otra parte dado que es un mecanismo ancestral genéticamente programado y, por tal razón, tiene tanto éxito.

¿Os habéis preguntado porque Superman o tantos héroes de ficción cinematográfica, no se le pegan los mosquitos en la cara cuando vuelan? Porque es una peli de fantasía cuyo poder está en el traje mágico que se pone. ¿Cuántos niños se tiran por la ventana emulando al superhéroe?

Sin embargo, en el porno son personas de carne y hueso, que hacen prácticas sexuales reales, que se excitan sobre manera haciéndolas y que provocan una respuesta inevitable de excitación, por razones fundamentalmente psicofisiológicas, en los usuarios habituales que lo están viendo.

No hemos de olvidar que las películas pornográficas excitan y producen placer, las películas de Superman, no.

El vómito de la chica cuando hace una felación forzada, es un vómito. El azote que le da el actor en los glúteos, provoca enrojecimiento, las manos apretando el cuello de la chica provocan asfixia…Y así todo.

De tal manera que el porno violento ha normalizado la agresión en las relaciones sexuales y las ha erotizado. Muestra que es excitante agredir, vejar, degradar a una mujer o a una menor. Esa es la segunda parte del asunto. Y el mensaje perverso que se trasluce: a la mujer le excita que le fuercen.

No admito que, porque la sociedad es violenta, el porno o los videojuegos tengan que serlo. Además, el que la sociedad o los videojuegos sean violentos no justifica que los vídeos porno lo deban ser. La dimensión sexual, que está hecha para el contacto placentero y el encuentro tierno y gozoso, de mutuo acuerdo y empatía, puede transformarse en una experiencia dolorosa, desagradable o incluso traumática, que acompañará toda su vida a muchas chicas, fruto de un aprendizaje inadecuado de los hechos sexuales, que el porno promueve ya que, con mucha frecuencia asocia la sexualidad con la violencia contra las mujeres niñas y niños.

Más que decir a nuestros hijos/as que es ficción, habría que decirles que, aunque es una filmación, son personajes reales que hacen practicas sexuales reales con las que el chico se excita, se masturba y obtiene placer real, siendo el refuerzo psicológico natural más importante de eso que está viendo. Y que NUNCA trasladen a sus prácticas sexuales reales lo visto en las películas pornoviolentas (PSP).

¿Quieres saber que talleres ofrecemos a familias, profesionales y jóvenes? Visita el apartado de formación en esta web. Este en concreto es el dirigido a las familias.

Foto: https://www.granjaescuelaguresustraiak.com/instalaciones/valle-de-ollo/

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